Una R... para muchas emociones
Golf R y 4Motion. Sobresaliente combinación bajo el signo de VW
Referente Emocionante. La deportividad, sin estrés ni estridencias, vuelve a la icónica carrocería del Golf, el modelo de bandera en lo deportivo y emocionante, con el que Volkswagen mantiene viva la llama en el corazón de los incondicionales-¦ y de cuantos quieran sumarse a la magia del concepto.
Con la distancia focal puesta en la ecología, el recorte de consumos y el coste de utilización, el fabricante germano pierde un par de cilindros en el camino -"de V6 a cuatro en línea-" para, a reglón seguido, regalarnos un puñado de caballos más-¦ hasta 270 CV a 6.000 vueltas con, eso también, un elevado par: 35,7 metros/kilo entre 2.500 y 22.500 «giros» lo que, unido a la compensada caja manual de 6 marchas y su perfecto escalonamiento, acaba por traducirse en 5,5 segundos en aceleración de cero a cien, 250 por hora de punta y alrededor de 8,4 litros de consumo medio (540 kilómetros sin visitar el surtidor).
Sin excesivas estridencias estéticas, aunque con detalles tan clarificadores para el ojo avizor como unos envolventes "y dimensionados" pasos de rueda capaces de alojar unas llantas de 18 pulgadas (7,5 de ancho, con pisada 225/40) y unos discos de freno panorámicos; doble escape central y, en el interior, asientos marcadamente anatómicos (casi baquet , con la R bordada en el respaldo), volante de tres radios achatado en su polo inferior y conjunto de pedales en aluminio perforado; es decir, todo el ambiente racing al uso.
Otro detalle: entradas de aire más grandes en un paragolpes frontal con faros de luz diurna (diodos luminosos) a la vez que se prescinde de faros antiniebla.
Tampoco el fabricante ha querido darle al Golf R un carácter drástico, más bien al contrario, casi parece que no anda lo que en realidad manifiesta el velocímetro; así que, atentos al tal reloj-¦ para no llevarnos «sorpresas».
Eso, por no hablar del inestimable concurso del sistema 4Motion, tracción total con embrague Haldex, tan efectivo que propicia excelentes resultados dinámicos en cualesquiera condiciones de adherencia, perfectamente matizadas por una respuesta muy directa del pedal del acelerador. Así, el Golf R se convierte en todo un polivalente de uso: conducción cómoda a ritmo tranquilo, posibilidad de rodar en ciudad en marchas largas y excelentes recuperaciones en carretera.
En consecuencia, que la turboalimentación en formato pequeño (cilindrada contenida), los 270 CV con el concurso de la tracción integral 4Motion y un chasis de lo más homogéneo, acaban por configurar un coche dócil y divertido de conducir, que nunca pondrá en apuros a un conductor devenido en ocasional piloto y que, por ende, acaba por auparse a lo más alto del cajón en ese particular universo de los GTI-¦ siempre tan querido por el Golf.
La suspensión adaptativa "una sencilla tecla en la consola central" permite elegir entre «Normal», «Confort» y «Sport» para la firmeza de los tarados de amortiguación, de forma que el Golf R acaba por rodar sobre raíles-¦ una delicia.