Un museo ideado para poder tocar
Decenas de tailandeses y extranjeros acuden al nuevo recinto incluido en un centro comercial
Madame Tussauds ha abierto un museo de la cera en Bangkok, el único que permite acercarse, tocar e incluso abrazar e interactuar con las figuras para que el público disfrute del mayor realismo posible. El recinto, ubicado en la sexta planta del centro comercial de lujo Siam Discovery, abrió de manera gratuita durante la jornada inaugural esta pasada semana y decenas de locales y extranjeros hicieron cola para ser los primeros en jugar un hoyo con Tiger Woods, tomarse un café con George Clooney o sentarse en la butaca de Oprah Winfrey. Todos se mostraron encantados con la novedad del acceso total a los maniquíes. «Es un sueño, ojalá algún día pueda repetirlo en carne y hueso», comentó un birmano mientras era fotografiado abrazando a la líder opositora Aung San Suu Kyi, quien comparte el rincón de los premios Nobel de la Paz junto al Dalai Lama.A su lado, una fila de señoras esperaban su turno para sentarse en el trono de Isabel II de Inglaterra.
El recorrido empieza en la sala dedicada a la Familia Real de Tailandia, protagonizada por los padres del venerado rey Bumibol Adulyadej, no representado porque su figura hubiese sufrido un enorme desgaste por el fervor de una población que le adora como a un semidiós.
Cerca del 30% de los muñecos de cera son de personajes famosos tailandeses, sobre todo actores y cantantes, pero también Porntip Rojanasunan, la médico forense a la que apodaron Doctora Muerte por su encomiable trabajo identificando a las víctimas del tsunami del 2004.
«Queremos reflejar la cultura local, y dentro de ella el amor al rey», explicó Jackie Tisapramotkul, directora de marketing y ventas de Madame Tussauds de Bangkok.
El trayecto prosigue con el espacio reservado a los líderes mundiales, donde Barack y Michelle Obama dan la bienvenida al Despacho Oval de la Casa Blanca ante la atenta mirada de Mao Zedong, quien arenga mano en alto a China desde el otro extremo de la sala. De ahí se pasa al pasillo de las artes y las ciencias, con música de Beethoven, cuadros de Pablo Picasso y Albert Einstein con los brazos en jarras tras haber escrito en la pizarra su Teoría de la Relatividad. Luego le llega el turno a los deportes, con Beckham y Ronaldinho al frente de la sección de fútbol y Yao Ming elevando sus 2,29 metros de altura por encima de la canasta ignorado por un Mohamed Alí que parece Goliat al lado del diminutivo Khaosai Galaxy, un afamado púgil tailandés.
Cristiano Ronaldo fue situado en la entrada, donde hace de reclamo vestido con la camiseta de la selección portuguesa.
Entre los músicos, al lado de Madonna se encuentra un pequeño armario de accesorios como boas y sombreros para disfrazarse en la foto, mientras el rockero local Carabao comparte escenario con Beyoncé y Michael Jackson, vigilados por una Britney Spears sin kilos de más. Pero el plato fuerte está casi al final, la sala de celebridades de Hollywood, que incluye entre otros a Johnny Depp, Julia Roberts, Leonardo Dicaprio o sin duda la pareja más inmortalizada de las 76 expuestas: Brad Pitt y Angelina Jolie.
Tisapramotkul adelantó que en la primera fase «el grueso de los visitantes serán tailandeses o extranjeros residentes», pero que luego esperan atraer a 8.000 turistas al año. La representante de Madame Tussauds también confía en que el museo, el décimo del mundo y tercero en Asia, ayude a que la zona de compras de Ratchadaprasong se recupere de las pérdidas económicas por la movilización callejera de los «camisas rojas». Quizás no en vano la única figura que se echa de menos sea la de Thaksin Shinawatra, el multimillonario ex primer ministro, prófugo de la justicia e instigador de las protestas al que no quieren ver ni en pintura por esta parte de la ciudad.