Diario de León

Polonia espera su santo

Varsovia considera que es un «acto de justicia» para «el polaco más importante del siglo XX» El papa Juan Pablo II será beatificado el 1 de mayo después de que su sucesor al frente de la Iglesia católica, Benedicto XVI,

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paco soto
León

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La próxima beatificación ha provocado una enorme alegría entre millones de fieles de todo el mundo, especialmente en Polonia, donde Juan Pablo II es querido y respetado por la inmensa mayoría de la población, incluso por sectores laicos alejados de la práctica religiosa

Salvo pequeños colectivos de católicos de extrema derecha como Fronda y Grupo 44, que consideran que el papa era demasiado liberal y no apoyan su acercamiento a judíos y musulmanes, prácticamente nadie cuestiona la beatificación de Juan Pablo II en Polonia. Lech Walesa, exlíder del sindicato Solidaridad que acabó pacíficamente con el comunismo, manifestó que está «doblemente feliz», porque «un hombre que en vida era un santo se convertirá oficialmente en santo» y «es posible que nuestro amigo, una vez convertido en santo, nos ayude con su mirada desde lo alto a resolver nuestros problemas en Polonia, Europa y el mundo». El periodista Krzysztof Golebiowski, señala que «la decisión que ha tomado el Vaticano es muy buena, nos llena de una enorme alegría a los polacos y a la gran mayoría de los católicos».

En Polonia, el Episcopado, la mayoría de los partidos, medios de comunicación e instituciones y la sociedad en conjunto se sienten felices por el evento. «La decisión de la Santa Sede es un acto de justicia, porque Juan Pablo II ha sido uno de los grandes papas de la historia del catolicismo. Era un santo y como tal se merece los más grandes honores», dice Maria Strzynska, de 52 años, que trabaja de dependienta en un supermercado de Varsovia.

Dorota Kremer, profesora de historia en un instituto de Wroclaw (suroeste del país), destaca «la importancia de este acontecimiento que nos hace felices a los polacos y será contemplado por el mundo entero».

Además de Sumo Pontífice, Juan Pablo II es considerado por la inmensa mayoría de los polacos como un baluarte fundamental en la lucha contra la dictadura comunista y por la democracia y la independencia nacional de Polonia, un hombre que cambió el curso de la historia en la segunda mitad del siglo XX. El periodista Artur Domoslawski, autor de Cristo sin carabina , un volumen crítico sobre Karol Wojtyla, considera que «si alguien realizara en Polonia un plebiscito para establecer quién es el polaco más importante del siglo XX, Juan Pablo II no tendría mayores rivales para alzarse con el triunfo. Inspirador espiritual de la pacífica revolución de Solidaridad que tanto fascinó al mundo libre y líder religioso que sin poseer ningún ejército derrotó al imperio soviético... Esta es la imagen polaca del papa Juan Pablo II». Y es que esta imagen está en todas partes en Polonia: estatuas en ciudades y pueblos, nombres de avenidas y organismos privados. Unas 1.100 escuelas llevan su nombre y numerosas asociaciones religiosas y laicas defienden las ideas del Papa polaco y lo recuerdan con cariño.

Maciej Trybulec, miembro del grupo Santo Súbito, fundado en el 2005 en una parroquia polaca para dar a conocer el mensaje y la vida de Wojtyla, piensa que «hay que defender el mensaje de amor y solidaridad de Juan Pablo II y aprovechar su beatificación para extender el mensaje cristiano a todas partes».

Juan Pablo II estuvo 27 años al frente de la Iglesia católica. Realizó decenas de viajes apostólicos y puso freno a ciertas reformas llevadas a cabo al calor de Vaticano II durante los papados de Juan XXIII y Pablo VI, consideradas demasiados radicales por algunas corrientes católicas. Reafirmó los principios tradicionales del Vaticano en el campo de la vida y la moral sexual.

Víctima de un atentado el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro, cometido por el turco Ali Agca, murió el 2 de abril del 2005. Tres millones de personas viajaron a Roma para estar en sus funerales. Todo indica que miles de fieles asistirán a su beatificación en el Vaticano.

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