El turismo negro, un mercado floreciente
La ola de crimen organizado que vive México abre las puertas a un tipo de viaje particular llamado «de morbo» en los últimos años Un nuevo negocio en el país centroamericano surgió de manera imperceptible a finales de la década pasada cuando ex
La ola de violencia ligada al crimen organizado que ha dejado más de 34.000 muertos en México ha abierto las puertas a una forma particular de turismo llamado «negro» o «de morbo» en los últimos años. «El señuelo para este tipo de turismo fue la difusión de la 'narcocultura'. Se mostraba a los narcotraficantes como estereotipos de gran riqueza», explicó a Efe Alejandro Desfassiaux, presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial (GMSI). La empresa reveló hace pocos días algunas conclusiones del estudio «Perspectivas turísticas», realizado entre empresas hoteleras, donde identificó en México una caída del turismo tradicional de 0,5% por la violencia y la inseguridad a la vez que un auge de viajeros que gustan de la aventura y las emociones fuertes.
Con la búsqueda de estas últimas se relaciona el «turismo negro», que surgió en México «casi de manera imperceptible» a fines de la pasada década, cuando «extranjeros de 35 años de promedio y con alta capacidad económica» comenzaron a pedir «recorridos inusuales a lugares donde hubo una masacre», explicó Desfassiaux.
«Todo comenzó de manera paulatina con los llamados springbreak estadounidenses y europeos», jóvenes que querían diversión sin límites y visitaban la frontera norte y las playas mexicanas. «Más tarde, las demandas de tours peligrosos comenzaron a proliferar en el país», indicó.
«Se piden incluso fotografías de impacto de bala y hasta rastros de lucha entre cárteles. Se trata de visitantes muy particulares, que buscan emociones fuertes y que proceden de Europa y EE.UU. especialmente», agregó Desfassiaux. La singular oferta incluye también el viaje «Chiapas: Aniversario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y del levantamiento Zapatista». Por 950 dólares más avión se ofrecen visitas a las comunidades indígenas más apartadas para ver cómo viven y cómo se rigen y entender «la inequidad histórica que han vivido estas comunidades».
En el mismo paquete se recorren áreas donde la agricultura ha sido devastada debido a la entrada en vigor del TLCAN, o poblaciones «donde los hombres han emigrado a los Estados Unidos» y dejan atrás «a las mujeres solas al cuidado y la educación de los niños».
Persecuciones
Otra singular modalidad es la del Parque Ecológico Alberto, en Hidalgo, centro del país, donde los turistas sufren la persecución de «policías fronterizos» que, al atrapar a los cansados viajeros, les insultan en inglés para que tengan una idea de lo que padecen los indocumentados.
También está en la frontera norte el viaje llamado «Frontera México-EE.UU.: problemas de salud, laborales, migratorios y ambientales» que incluye visitas a maquiladoras (fábricas ensambladoras) y reuniones con obreros y gerentes «para conocer desde dentro el funcionamiento de estas empresas».
A cambio de 750 dólares, la oferta incluye una visita a «un refugio de emigrantes para escuchar de primera mano sus historias, desde cómo fueron expulsados por la miseria de sus comunidades hasta cómo llegaron a un país extraño».
En el corazón de la capital mexicana, el barrio de Tepito, centro del contrabando, del narcotráfico y la piratería, es escenario de recorridos que incluyen el santuario de la llamada Santa Muerte e incluso entrevistas con familiares de jóvenes muertos o heridos a balazos, detalla el GMSI.
La industria del turismo es uno de los principales motores económicos de México y en este año se rebasarán en un 20% las inversiones en el sector, que ascenderán a unos 5.000 millones de pesos (unos 413 millones de dólares).
El pasado 18 de enero, en el marco de la Feria Internacional de Turismo (Fitur 2011) celebrada en Madrid, la secretaria de Turismo de México, Gloria Guevara, afirmó que, a pesar de la violencia generada por el crimen organizado las visitas a México se han incrementado y «las inversiones también».
Guevara aseguró que 2010 había sido «un año muy importante para el turismo en México» y explicó que, a falta de cerrar el balance, más de 22 millones de personas visitaron el país, «la misma cifra que en el 2008, el mejor año de la historia».