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Publicado por
León

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Yemen es un ejemplo de inestabilidad y violencia casi crónicas. El país, una miserable colonia-fortín-puerto de los británicos en la ruta de las Indias, accedió a la independencia tras la II Guerra Mundial y nunca ha podido superar la división de hecho entre el Sur (Aden) y el Norte (Sanaa). Hace veinte años una guerra civil terminó con la victoria del Norte y el general que la protagonizó, Alí Abullah Saleh, se convirtió en presidente y, ocasionalmente, en dictador. Ocasionalmente porque en los 90 hubo un par de periodos de vida parlamentaria productiva y cierta calma. Cooperó en ese escenario el islamismo ilustrado del país, organizado en un gran partido, Al Islah (la reforma), que jugó el juego con habilidad y solvencia. Pero todo terminó mal porque el presidente legisló en su beneficio y se sintió seguro si conseguía mantener la fuerte ayuda económica del gran vecino saudí. Se equivocó del todo con su decisión de perpetuarse en el poder (y empezar a preparar a su hijo, también militar): el viejo imanato chií de los Huthi entró en rebelión que solo terminó con una tregua que tradujo una derrota de hecho del gobierno sobre el terreno y la independencia de facto para el enclave, volvió la agitación secesionista en el Sur y, sobre todo, aprovechando el auge de un islamismo radical emergente y, sobre todo, el desorden reinante, se instaló a fondo en el país Al-Qaeda (a no olvidar que los Bin Laden son un linaje yemení emigrado a Arabia Saudí). Hoy por hoy la situación es casi inmanejable y el país es un candidato al cambio violento, pero sin una dirección neta al modo tunecino o egipcio, a falta de tradición democrática y por sus problemas irresueltos de estabilidad y orden público. El régimen ha debido aceptar la presencia clandestina de asesores norteamericanos y, de hecho, el país es escenario de una guerra casi abierta entre al-Qaeda y los EE.UU, que pagan a un ejercito del que no se fían y utilizan sin reconocerlo aviones no tripulados para matar terroristas. Ya ha habido manifestaciones hostiles y el presidente Saleh ha tenido que anunciar que no se re-presentará a la reelección y ha propuesto a la oposición un gobierno de unidad nacional que fue rechazado.

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