Los ricos viven más
Una investigación revela que las personas de mayores recursos vivieron, de media, hasta los 82 años y los más pobres hasta los 70 En las clases sociales de mayores recursos económicos se vive una media de diez años más que en las de menor poder
El investigador luso Ricardo Antunes, del Centro de Investigación y Estudios de Sociología (Cies) de Lisboa, explica que una de las principales conclusiones de su estudio es que hay un «efecto protector» que la clase social ejerce sobre las personas.
La investigación está recogida en la tesis doctoral titulada Clases Sociales y Desigualdad en la Salud , que aborda la influencia de la condición socioeconómica en la longevidad.
Antunes hizo una comparación estadísticamente muy solvente mediante el estudio de casi dos mil casos clínicos registrados en dos hospitales públicos de Portugal, uno de la capital y otro de una ciudad pequeña del Alentejo, Beja, a 177 kilómetros al sur de Lisboa. «Las capas sociales con más escolarización y recursos adoptan una actitud en temas de salud más preventiva. Dejan antes de fumar y reducen el consumo de alcohol, practican más deporte», argumenta el autor.
La muestra de los casos patológicos se tomó en el 2004 y sus resultados ofrecen el retrato sanitario de una generación nacida en torno a las décadas de 1920 y 1930 y fallecida con una media de 70 a 80 años de edad.
Una vida más prolongada
«Los recursos económicos ayudan a prolongar la vida. Los jubilados con más poder adquisitivo pueden comprar sin problemas medicamentos, usar calzado adecuado, disponer de más cuidados a domicilio», analiza Antunes. Su estudio identifica las enfermedades cardiovasculares, en primer lugar, y el cáncer, en segundo, como las principales causas de muerte entre los individuos de su muestra.
Estos resultados coinciden con los datos nacionales de Portugal, aunque el investigador se muestra cauto a la hora de extrapolar las conclusiones de su trabajo.
El estudio compara la longevidad de profesionales cualificados, como profesores, abogados o ingenieros, con la de obreros de la construcción o mineros y constata una diferencia notable de tiempo de vida entre ambos grupos.
Los de mayores recursos vivieron, de media, hasta los 82 años, y los más pobres fallecieron en torno a los 70. La tesis de Antunes señala que la misma causa de muerte, un accidente vascular cerebral, aconteció entre los profesionales cualificados a la edad media de 84,8 años y entre los obreros a los 75 años. El sociólogo, también formado en enfermería, apunta que su investigación también arroja lecturas interesantes en cuanto a las diferencias de salud y esperanza de vida entre sexos y la capacidad de sobrevivir en la viudez.
Un hombre viudo
El estudio revela así que un hombre viudo vive menos que una mujer viuda, quizá por la tradicional poca habilidad doméstica de esa generación, argumenta, y la influencia de este factor a la hora de llevar una alimentación sanidad y cuidar adecuadamente de la casa y el medio en el que habitan.
Respecto a lo que muestran las conclusiones de la investigación sobre las diferencias sociales en Portugal, Antunes considera que estos datos no empañan el progreso logrado por su país en resultados sanitarios generales.
«Portugal está por encima de la media europea, próximo a Suecia», destaca, y en tasa de mortalidad infantil ocupa el sexto mejor nivel en el conjunto de la Unión Europea (UE).