León creció un 58%

En 1860, la ciudad de León contaba con una población de 9.866 habitantes. Cuatro décadas después, gracias al desarrollo del ferrocarril sobre todo, eran 15.580 los leoneses que residían en la capital, un 58% más. El incremento no se debió al aumento de la natalidad, ni a la disminución del número de defunciones, sino al éxodo rural en busca de trabajo en las fábricas del entorno de la estación, o en el propio ferrocarril, que daba mucho empleo en los talleres y en el mantenimiento de las vías.

En opinión del economista Roberto Escuredo, «el ferrocarril no sólo supuso inversiones y la modernización del transporte; aportó también innovación y talento». Por primera vez, León se asomó a un mercado de dimensiones hasta entonces desconocidas, aunque aún tuviera que esperar casi 20 años para ver derribadas las barreras naturales del Manzanal y el Pajares con el fin de que el tren siguiera camino hacia Asturias y Galicia. La estación sirvió sobre todo para que las iniciativas comerciales salieran hacia Madrid y Barcelona, según destaca el economista leonés.