El peor escenario para el PSOE

La pérdida de respaldo electoral del PSOE resulta casi imposible de remontar de aquí a las elecciones del 2012. No es el análisis del PP. Es lo que, tras analizar la evolución del voto y el comportamiento de los ciudadanos de izquierda en los últimos años, considera un grupo de politólogos y sociólogos reunidos por la filosocialista Fundación Alternativas. Todo apunta, con sus datos, a que podría repetirse el escenario del 2000, el de la mayoría absoluta de José María Aznar. La responsable del área político-institucional de la fundación y directora del CIS hasta septiembre, cuando fue destituida por María Teresa Fernández de la Vega, Belén Barreiro, explica que el escenario que dibujan los sondeos es muy similar al que se dio en los años previos a aquella victoria del PP: los populares han hecho con los votantes de centro y existen fuertes indicios de que la abstención será elevada. Es una máxima sociológica que quien gana el centro en España, los ciudadanos que en una escala ideológica del 1 al 10 se sitúan en el 5, gana las elecciones. Y, según Barreiro, el PP empezó a imponerse en las encuestas en esa franja desde el segundo trimestre de esta legislatura. Ahora bien, tanto la experta como el catedrático de Ciencia Política en la Universidad Pompeu i Fabra Mariano Torcal sostienen que las cosas no tienen por qué desembocar en una mayoría absoluta del hoy primer partido de la oposición. Todo dependerá de los abstencionistas.

Llave abstencionista

El PSOE se aferra, de momento, a que el trasvase de votos es bajo y en eso coincide también el estudio de los investigadores Guillermo Cordero e Irene Martín sobre «Quiénes son y cómo votan los españoles de izquierdas». Entre aquellos que se colocan en la extrema izquierda, la pérdida de voto socialista asciende a un 20%, pero ese flujo no lo recoge IU y tampoco se queda en la abstención; son indecisos. Lo mismo ocurre con el 25% del centroizquierda, aunque un 15% de estos últimos sí parece ir al PP. «¿Cómo están de indecisos los votantes de centro izquierda y extrema izquierda? -se cuestionó Cordero- Como media, la probabilidad de que vuelvan a votar al PSOE es del 55% y la de que no lo hagan del 45%».

El dato cobra más importancia si se tiene en cuenta que estos sectores fueron relevantes en la victoria de Zapatero del 2008. Porque aunque siguió fuerte entre quienes se consideran de centro -"40% frente al 24% del PP- fueron muchos los votantes centristas que dieron la espalda a los socialistas. De acuerdo con el trabajo de Torcal, en el 2004 el PSOE fue capaz de atraerse al 54% de los electores de «la posición cinco». Cuatro años después, la cifra cayó estrepitosamente en 14 puntos. El 19% del centro optó por la abstención. En cambio Zapatero se mantuvo bien entre la izquierda y, de hecho, logró morder a ERC, IU e ICV. Ahora, según sostiene Cordero, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid, la pérdida de voto socialista «se distribuye de manera homogénea», es decir, que el agujero que se le crea en un lado no queda cubierto en el otro, como ocurrió en las últimas generales.

Diálogo con ETA

Entonces Zapatero pudo agitar algunas de las banderas que aún distinguen a la izquierda; que, según estos expertos, no son muchas.

Barreiro defiende que la diferencia entre un lado y otro del espectro ideológico no tiene que ver con valores como el de la igualdad, el papel del Estado o la redistribución de la riqueza. «Los ciudadanos de la derecha en España también son socialdemócratas», apunta. ¿Dónde radican entonces las diferencias? Según Irene Martín, en todo lo que tiene que ver con la religión y las cuestiones morales -homosexualidad, aborto, eutanasia- las identidades nacionales, el modelo de Estado y la respuesta al terrorismo. «La izquierda -dice esta profesora de Ciencia Política en la Autónoma- es más favorable a un diálogo con ETA que el centro izquierda».

Los sociólogos admiten que si la legislatura volviera a versar, como ocurrió en el primer mandato de Zapatero, sobre cuestiones como las señaladas quizá el PSOE lograría recolocarse siquiera ligeramente. El problema, dicen, es que en un contexto como el actual resulta inútil intentar desviar la atención hacia cuestiones ajenas a la coyuntura económica, que es lo que preocupa a la ciudadanía. Pero ¿y si la economía mejora de aquí al 2012? Aún así, a juicio de estos estudiosos, los socialistas lo tienen complicado.