Los del Este sí se quedan

Millones de trabajadores de países de Europa central y oriental emigraron a la parte occidental del Viejo Continente en los últimos 20 años. España ha sido uno de los principales destinos de estos emigrantes, generalmente jóvenes y con un buen nivel de formación profesional

Los rumanos, unos 750.000, encabezan el ranking de este colectivo en España. Pero también viven en nuestro país unos 150.000 búlgaros, 200.000 polacos y centenares de miles de ciudadanos de otros Estados de la antigua Europa comunista. Reino Unido, Irlanda, Alemania, Francia e Italia también han sido destino preferente para los trabajadores del Este. Hasta que llegó la crisis en el 2007. En una década, según la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), unas 850.000 personas emigraron cada año del Este al Oeste de Europa. Una parte sustancial de ellos vino para quedarse.

El Gobierno español ha puesto en marcha mecanismos que incentivan el regreso de los inmigrantes a sus países de origen, pero muy pocos se han acogido a esta opción, a pesar de las enormes dificultades que atraviesan y del paro creciente.

Según las autoridades españolas, sólo unos 5.000 inmigrantes han regresado a sus países de origen en los últimos cinco años. Con la excepción de Irlanda, en otros Estados comunitarios la situación es muy parecida a la española. La crisis económica no podrá obligar a los ciudadanos búlgaros que trabajan en el extranjero a que regresen a casa.

El 86% de los encuestados respondieron «no» al preguntárseles si la crisis les hará volver a su país, siete puntos más que en el 2008. En España, el 95% de los inmigrantes búlgaros son jóvenes, de entre 25 y 30 años, y trabajan en los sectores de la construcción, los servicios, la industria ligera y la alimentación; ganan sentre los 600 y 1.500 euros al mes.

Según las autoridades búlgaras, unos 10.000 trabajadores de la construcción han regresado a su país por la crisis que atraviesa el sector. Pero «la mayoría de ellos se quedan en España porque cobran mucho más que en su país, y también tienen mejor protección social», apuntan desde la Asociación de Inmigrantes Búlgaros en España (Aibe).

Así, el desempleo -"más de 70.000 personas-", sumado a las demandas de Bucarest, que necesita el regreso de un millón de trabajadores para compensar las pérdidas de población activa derivadas de la emigración, e incluso el plan español para el retorno voluntario, no ha sido causa suficiente para que los rumanos abandonen masivamente España; tampoco en Italia y Francia.

El número de rumanos residentes en el España creció un 52,4% en 2004, un 130,4% en el 2005 y un 9,9% en el 2006. En el 2007, el incremento se frenó con la crisis. «Es normal que no regresen a Rumanía», explica Miguel Stefanescu, presidente de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes Rumanos en España, porque «mientras haya una posibilidad de encontrar un puesto de trabajo en España o de mejorar sus conocimientos con cursos de formación, seguirán prefiriendo este país».

Los expertos sostienen que los inmigrantes rumanos «no volverán porque viven mejor cobrando el paro en España que trabajando en Rumanía», donde el sueldo medio no alcanza los 500 euros al mes.

En Bulgaria, por ejemplo, está claramente por debajo, cerca de los 350 euros. Enel 2008, según encuestas oficiales, la mayoría del millón de inmigrantes polacos que vivían en el Reino Unido se declaraban a favor de regresar a su país. En 2009, la propia prensa polaca afirmaba que unos 400.000 ya habían abandonado el territorio británico e Irlanda, si bien algunos expertos señalan que el fenómeno no ha sido tan masivo.

Frente a las dificultades para encontrar trabajo en España o Irlanda, muchos polacos han decidido emigrar a otros países comunitarios, como Alemania y Austria, donde el próximo 1 de mayo se abrirán los mercados de trabajo