Diario de León

Recuerdos de un CIR

LA MILI TOCÓ SU FIN HACE DIEZ AÑOS, UNA EXPERIENCIA QUE VIVIERON EN EL CUARTEL DE FERRAL, ENTRE OTROS, ANTONIO FLORES, ORTEGA CANO Y MANOLO GARCÍA

Antonio Flores durante la jura de bandera el 30 de diciembre de 1982 en el Ferral del Bernesga.

Antonio Flores durante la jura de bandera el 30 de diciembre de 1982 en el Ferral del Bernesga.

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Hace doscientos años , en 1812, con la Constitución liberal se impuso ya el reclutamiento para todos. Pero la mili se acabó. Los meses de reclutamiento obligatorio dejaron de serlo ahora en marzo hace diez años. Las historias y los amigos que se formaban en torno al cuartel fueron vividas por todos los varones españoles. Sin ninguna distinción, la mili era obligatoria para todos. La disciplina que durante ese periódo se inculcaba traspasaba las paredes del cuartel, era la forma de vida de quienes ofrecian servicio a la patria incluso en su tiempo de descanso, el cual se pasaba a menudo en los chigres, llamados así a los bares que se agolpaban a las puertas del cuartel de Ferral. Las historias de la mili que todo recluta recuerda, incluso quien no lo fue, se vivieron en los cuarteles de toda España. La última regulación fue en 1965 cuando se crearon los CIR, centros de instrucción de reclutas. En total surgieron 18 centros en todo el país, uno de ellos era el correspondiente a la VII Región Militar en Ferral del Bernesga. A partir de entonces, el cuartel leonés se convirtió en uno de los más importantes del país. Recibía los 4.500 reclutas y a parte contaba en sus filas con 1.500 veteranos.

De los miles y miles de jóvenes que pasaron por el acuartelamiento leonés, nos encontramos con caras conocidas. Desde deportistas, hasta artistas pasando por toreros. Como de costumbre los capellanes celebraban la misa y, a continuación, el mayor del CIR, el teniente coronel, ante la bandera tomaba el juramento a los reclutas formados, quienes respondían con el ¡SÍ JURAMOS! Entre ellos, el 30 de diciembre de 1982 se encontraba Antonio Flores.

Lola Flores, junto con su marido, el guitarrista Antonio El Pescailla , y su hijas Lolita y Carmen, acudieron a la jura de Antonio Flores, que desprovisto de su característica melena morena, alcanzó por aquel entonces el título de soldado de España junto con otros 2.104 reclutas.

La duquesa de Alba

Las juras invernales en el cuartel Conde de Gazola estaban marcadas por el intenso frío que azotaba el alto del cuartel donde se llevaban a cabo los desfiles. La duquesa de Alba, acompañado por su hijo el duque de Huéscar, en pleno noviembre de 1987 pudo disfrutar, a pesar de las condiciones climáticas, de la jura de uno de sus cinco hijos, Cayetano Martínez de Irujo.

Estas son algunas de las personalidades más importantes que pasaron por las instalaciones del Ejército. Pero el servicio obligatorio trajo hasta Ferral a más gente conocida. También 'disfrutaron' de las experiencias de la mili deportistas como los hermanos Castro. Enrique Castro González, conocido como Quini, futbolista internacional, jugó en el Sporting de Gijón y en el F. C. Barcelona. Y su hermano Jesús Antonio, portero del Sporting de Gijón. Gitano Jiménez, Redondo, Megido y Martínez, se juntaron en el CIR de Ferral. Uno fue campeón de Europa de los pesos pluma. Dos eran jugadores del Sporting de Gijón, internacionales en sus categorías, y el último formaba parte de la plantilla del Granada. Todos ellos coincidieron prestando sus servicios a la patria en León.

Cardeñosa, futbolista internacional, jugó mas de once años con el Real Betis Balompié, y Roxín, su nombre de pila José Manuel García Rodríguez (Avilés, 1951) quien fue una figura destacada del ciclismo, fueron dos de tantos soldados de España que salieron de Ferral. Artistas como el nombrado Antonio Flores besaron la bandera Príncipe 3 en Ferral: Gonzálo Fernández Benavadides (Madrid, 1956), ídolo de las adolescentes españolas en los años 70; Alfonso Pahíno (Valladolid), ganador del Festival de Benidorm en 1977; y Roberto Urango, uno de los componentes del grupo Mocedades .

También Manolo García, quién inició su carrera musical con el grupo Los Burros y más tarde formó El Último de la Fila , cantante y autor de sus canciones, vistió el uniforme militar en León. Ortega Cano, una de las figuras taurinas del panorama nacional conocido por su matrimonio con la más grande, Rocio Jurado, también se levantaba cada día con el toque de diana en el cuartel leonés. La lista podría seguir si se tiene en cuenta que ellos terminaban la mili como cualquier otro español, y seguro que hay más gente que puede decir: «yo juré bandera con...». Como hace poco un compañero reveló en su artículo que había cubierto la jura de bandera del hijo del expresidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo.

Recordada mili

La mili, la jura de bandera, el día en que aquel jovenzuelo se hacía un hombre, es recordada por todos los reclutas. El coronel Criado asegura que fue un momento glorioso no solo para el pueblo de Ferral, sino para toda la ciudad de León, que «abastecía a esos cerca de seis mil militares que se concentraban en la base». El cuartel, por su parte, «se convirtió en una pequeña ciudad» adosada a un pequeño pueblo al que dio una «gran vida económica y festiva durante muchos años», asegura Jesús Criado, coronel de Infantería, siete años destinado en la base militar de Ferral.

La disciplina y el enseñar a obedecer, marcaron las jornadas militares. Pero la odiada mili se convertía en nuevas amistades, aventuras y vivencias que nunca más se iban a repetir. A pesar de todo el recuerdo después de tantos años acaba siendo bueno. Muchos de ellos mantienen contacto por carta y hay quien hasta se ve de vacaciones. Numerosas amistades, íntimas durante el reclutamiento las cuales algunas no se mantienen. Pero lo importante son los recuerdos de una época que ya no vivirán los varones del país, para bien o para mal.

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