Diario de León

Precampaña

PSOE y PP calientan motores

Los socialistas aspiran a que el 22 de mayo se valore la gestión de los gobernantes autonómicos y locales, pero los populares buscan un plebiscito sobre Zapatero

Sáenz de Santamaría y Rajoy conversan sentados en sus escaños en el Congreso de los Diputados.

Sáenz de Santamaría y Rajoy conversan sentados en sus escaños en el Congreso de los Diputados.

Publicado por
Ramón Gorriarán
León

Creado:

Actualizado:

Aunque las elecciones en 13 comunidades, dos ciudades autónomas y más de 8.000 municipios no están aún convocadas, PSOE y PP tienen ya casi todos los deberes hechos. Los socialistas dieron el pasado fin de semana el visto bueno a sus candidaturas y los populares cerraron el programa marco para esos comicios. Ahora queda la interminable sucesión de mítines de los líderes por toda España, aunque todos los partidos digan que solo sirven para galvanizar a los suyos y poco más, y las campañas publicitarias, que por aquello de la crisis serán más modestas. Unos, los populares, las esperan con fruición; otros, los socialistas, las aguardan con resignación. Sabido es que las elecciones autonómicas, pero sobre todo las municipales, son unas votaciones propicias para castigar al Gobierno de turno aunque no sea su gestión lo que se someta al veredicto ciudadano.

Las del 22 de mayo no serán una excepción ni mucho menos. José Luis Rodríguez Zapatero y el PSOE son conscientes de que ese día van a tener que hacer frente a una factura muy onerosa, la de la crisis de los últimos tres años. Una debacle como la que sueña el PP tendría consecuencias imprevisibles; los populares y algún otro, como el PNV, apuestan por un adelanto a otoño de las generales de marzo próximo si el resultado para los socialistas es catastrófico. De ahí el empeño del líder del PSOE en arengar a los suyos para que entren en la contienda electoral con hambre de victoria. Se trata de minimizar los daños y agotar la legislatura sin más sobresaltos que los inevitables con la esperanza de que dentro de un año los negros augurios sean apenas un mal recuerdo. El discurso del partido gubernamental es claro: se ha hecho lo que se tenía que hacer y si la oposición hubiera estado en el puesto de mando habría sido peor para los ciudadanos.

En el PP se frotan las manos y no disimulan. Las llamadas a la prudencia de Mariano Rajoy apenas tienen eco, y entre los dirigentes populares sólo se maneja la hipótesis de la victoria, y que sea aplastante, tanto el 22 de mayo como en las generales del año que viene. No cabe, dicen, otro escenario. El PP necesita, por tanto, que en los comicios autonómicos y locales se vote en clave nacional para que sea el preludio, una primera vuelta, de las legislativas de dentro de un año. Las elecciones se convocarán el 29 de marzo, pero para el PP, e incluso para buena parte de los socialistas, la suerte está echada. Zapatero, sin embargo, da a entender que no se resigna, que se puede dar la vuelta a la tortilla. Aunque la obstinación en no despejar la incógnita sobre sus planes políticos no hace más que sembrar el nerviosismo en sus filas, y ese no es el mejor estado de ánimo para afrontar la cita con las urnas. Rajoy, comprobado que los casos de corrupción no hacen mella en su electorado y que tiene el partido unido detrás de él como una piña, sólo observa caer las hojas del calendario. Su primer objetivo es que el mapa de España que se dibuje el día después de las elecciones de mayo sea azul. Después, solo tendrá que dar la estocada aunque no sepa aún a quién.

tracking