Diario de León

La batalla contra el hambre

Vinos que dan de comer

Un godello y un mencía del Bierzo costean la construcción de un centro nutricional en Kenia y la ampliación de un colegio para niñas en Uganda

Hora de la comida para los niños que un grupo de misioneros y la Fundacion Vipeika alimentan.

Hora de la comida para los niños que un grupo de misioneros y la Fundacion Vipeika alimentan.

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León

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Beber dos vinos del Bierzo ayudará a que dos centenares de niñas en Arua, Uganda, y trescientos niños y niñas de menos de siete años en Turkana, Kenia, se alimenten durante doce meses.

Las mujeres tienen siete hijos en Uganda. Rara vez viven más allá de los 54 años. Y especialmente en la región de Arua, en la frontera con el Congo, el futuro de la mayoría de ellas no tiene más horizonte que parir niños, sufrir para buscarles alimento y envejecer prematuramente.

En Kenia, hombres y mujeres no viven muchos años más. Los más afortunados llegan a sexagenarios. Las mujeres tienen una media de cuatro hijos, según las últimas estadísticas del CIA World Factbook. Y en la región semiárida de Turkana -una de las más pobres del país, donde escasea el agua potable y la población se dedica al pastoreo- tres de cada cuatro personas no consume los alimentos necesarios para estar bien nutridos, según datos recogidos por la web pobrezamundial.com.

En Arua y en Turkana, donde la desnutrición entre los dos y los siete años de edad es una losa que condiciona el futuro de la población, algunos afortunados podrán comer gracias a un mencía y un godello de la bodega berciana Martínez Yebra y su colaboración desinteresada con la Fundación Vipeika. Recién creada por la madrileña Silvia Flórez sobre la base del proyecto Vitala -que ya recaudó el pasado año 63.000 euros destinados a una guardería y centro nutricional en Turkana para ayudar a un grupo de misioneros a alimentar a tres centenares de niños con los beneficios de un añada de 20.000 botellas de tinto de Villadecanes- la Fundación Vipeika comenzará a distribuir en dos meses un godello de Martínez Yebra para recaudar 73.000 euros y ampliar un colegio de Arua dirigido por religiosas donde estudian y comen 200 niñas, 19 de ellas ciegas y 25 discapacitadas.

El dinero del godello ampliará el colegio en cuatro aulas y permitirá comprar el mobiliario y plantar un huerto, cuenta Silvia Flórez, para alimentar a las doscientas niñas y vestir además a las menores discapacitadas. Flórez, directiva en una empres de telecomunicaciones, viaja tres veces al año a África para supervisar una idea que nación con el nombre de Proyecto Vitala. La impulsora de la Fundación Vipeika, creada para dar continuidad a la idea, sabe que entre los dos y los siete años, los niños están en la fase más crítica de su crecimiento. «Si en esos años no comen lo suficiente, pierden la posibilidad de sonreir y la capacidad de aprendizaje. Quedan marcados de por vida», afirma.

Y por el momento, una de las fuentes de financiación más efectivas están siendo los vinos de Villadecanes, que se venden a nueve euros -Barclays Bank adquirió 17.000 botellas de mencía como regalo de Navidad para sus clientes-, de los cuales cinco cubren los gastos y cuatro van a parar a la Fundación.

Silvia Flórez también sabe, sin embargo, que la labor de las oenegés o las órdenes religiosas que trabajan en zonas donde los estados apenas prestan servicios, sólo es un parche. Si Uganda sigue creciendo al ritmo de siete hijos por mujer, por ejemplo, hará falta algo más para evitar un desastre demográfico.

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