El legado de Campesino
hombre clave en el campo leonés como introductor del lúpulo o la menta piperita, planteó ideas para renovar la ciudad y la provincia que décadas después van viendo la luz
Hay personas que tienen un don innato, mentes inquietas que son capaces de ver cosas donde el común de los mortales no aprecian esas posibilidades de futuro. Algo así le ocurría a Valeriano Campesino, un hombre nacido en Zamora a principios del siglo XX y que se asentó en León en 1935. Aún es conocido por muchos por su legado al campo leonés, ya que fue el introductor del cultivo del lúpulo en la provincia y también de la menta piperita. Pero fue también inventor de todo tipo de objetos, especialmente dedicados al uso de las plantas medicinales, su verdadera profesión, pero esa mente inquieta le permitía plantear otros proyectos, muchos de ellos centrados en el desarrollo de la ciudad de León. Y curiosamente no tuvo mucho éxito a pesar de que contaba con el popular periodista Lamparilla como su gran defensor, aunque como pasa en muchos casos con esas mentes preclaras el tiempo le acabó por dar la razón.
Y algo de esto ocurre con la próxima apertura al tráfico de la prolongación hacia el oeste de la calle Ordoño II, un proyecto que ya ideó Campesino con casi medio siglo de anticipación. Ese es quizás su proyecto más conocido, pero tiene otros muchos que también han sido retomados tiempo después. Éste es el caso de la estación de autobuses, cuya ubicación profetizó en 1947 aunque el edificio no se hizo realidad hasta la década de los noventa. O la creación de mancomunidades para mejorar los servicios en León o su alfoz, o la construcción del parque de Quevedo... Y en el plano económico la necesidad de apostar por el turismo como eje para el desarrollo económico de León.
Los proyectos y documentos de Valeriano Campesino son conservados por su hijo José Manuel, que es el actual director gerente de la firma Productos Vegetales Milvus-Infusiones -fundada en 1944 por su padre-, y que ha decidido hacerlos públicos aprovechando la apertura hacia el oeste de la calle Ordoño II, el gran sueño de su padre, que iba más allá del simple asfaltado de una nueva calle. Y es que para Valeriano Campesino la apertura de la ciudad hacia el oeste, ideada en los años cuarenta, incluía la construcción de un vial hasta la Virgen del Camino, que acababa en una glorieta con una torre de 150 metros de altura ubicada en el alto de Trobajo del Camino y que estuviese dotado de ascensores y de un restaurante giratorio que daría una vuelta cada media hora, además de las instalaciones de comunicaciones que precisase la ciudad. Campesino pensó que podría crearse una zona ajardinada en el entorno y que en su parte más alta debería instalarse unas letras luminosas con el nombre de León.
El vial hacia la Virgen arrancaría donde actualmente está la estación que sería ubicada curiosamente donde ha sido habilitada en estos momentos la estación provisional y realizando la misma función de estación término para que los trenes retrocediesen hacia Onzonilla -"como finalmente se ha hecho-" para eliminar el conflicto que supone el tren en el área del Crucero. Y propone para esa zona oeste la construcción de un camping, de una fábrica envasadora de butano, de una plaza de toros y un mercado de ganados, y el aprovechamiento de los terrenos sobrantes tanto de Renfe como de la azucarera Santa Elvira.
Éste es quizás uno de sus proyectos más conocidos pero no es el único. Ya en el año 1947, Valeriano Campesino ideó para esta zona de la ciudad la construcción de la estación de autobuses, con el objetivo de crear un intercambiador con la de tren. Su proyecto era ubicarla en donde finalmente se hizo, aunque más próxima ya que pretendía hacerla al inicio de la calle, con acceso directo desde la avenida de Palencia. Y para la zona situada enfrente y aprovechando el espacio del río, planteó la construcción de lo que llamó el «hall de León», donde defendió la construcción sobre el cauce del río de un gran aparcamiento para mil vehículos, con áreas comerciales y de servicios permanentes de cafetería o restaurante, y complementado con un embarcadero con barcas de alquiler, una zona de carril-bici para dirigirse hacia San Marcos, o escalinatas de acceso hacia el propio río. Esta zona ubicada sobre el río también plantea que podría albergar ferias o actuaciones artísticas. Este proyecto, ideado en 1966, tampoco vio la luz pero tampoco cayó en saco roto, porque en las primeras propuestas para la nueva estación del AVE se planteó la habilitación de un puente desde la calle Lancia, que albergaría también una galería comercial o un hotel, aunque fue abandonada esta idea ya hace tiempo.
Otro proyecto ideado por Campesino en su labor profética fue el parque de Quevedo. Ya en 1947 defendió que el vivero de Obras Públicas podría ser «tan útil para la juventud y para los jubilados» si se transformaba en un parque abierto. Y sobre los servicios de la ciudad defendió la unidad en una junta técnica de los ayuntamientos de León, San Andrés del Rabanedo y Armunia -"hoy desaparecido-" para que «en unión, estudie los problemas de expansión, en evitación de que en el futuro no tengamos que lamentar el agrandamiento de los desaguisados que hoy existen» opinaba ya entonces Campesino. Y ya en e 1947 apostaba por optimizar las inversiones y defendía que «un punto importantísimo es la traída de aguas y no hay que olvidar que en esta obra han de incluirse las localidades cercanas», en otra idea que también llegó a hacerse realidad.
Y en estos aspectos económicos también están presentes la ideas de Campesino, que vio con décadas de anticipación lo que después han sido los planteamientos reiterados hasta la saciedad, como la necesidad de que se unan Ayuntamiento, Caja y Cámara de Comercio para intentar captar empresas o que se apueste por el turismo para generador de riqueza. Y su proyecto incluía las llamadas «aduanas de turismo», unos puntos de recepción para los visitantes que ubicaba en las entradas hacia la provincia por la principales carreteras -siete en total- donde se ofrecerían todos los servicios necesarios al visitante que acudiese por las carreteras de Orense, Lugo, Asturias, Santander, Valladolid, Madrid o Zamora.
Uno de los documentos que se conserva su hijo José Manuel es un estudio que presentó con motivo de la II Feria Regional de Actividades Leonesas. Fechado en mayo de 1958 y con seis folios de extensión supone una auténtica radiografía a la provincia y a sus posibilidades. Analiza la geografía, la hidrografía, y los sectores industriales, agrícolas y ganaderos, mineros o eléctricos, entre otros. Y de nuevo prevé la necesidad de un aeropuerto civil -no será realidad hasta 1999- y de la necesidad de buscar nuevos horizontes para que «León sea una provincia en marcha».