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Plano con la prolongación de Ordoño hacia la Virgen del Camino

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León

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Yo no sé de ningún otro hombre de León y por León al que le fuera más de justicia agradecer su voluntad de servicio a una tierra, a unos hombres, a un futuro incluso, como a D. Valeriano Campesino Puertas. Yo no sé de ningún otro que con más ahínco, con más generosa dedicación, con más entusiasmo se haya entregado a la tarea de engrandecer al pueblo en el que vive, y al que ha dado los mejores años de su vida, que este D. Valeriano Campesino Puertas, de color apretado, de movimiento vivaces, de estatura de conquistador romano y de entereza de cántabro... Desde hace muchos años D. Valeriano Campesino viene creando en nuestra ciudad y en nuestra provincia fuentes inéditas de riqueza. A él se deben alumbramientos verdaderamente sensacionales en el campo de las promociones agrícolas. D. Valeriano Campesino, por los campos de León, hizo el milagro de poner en pie una insospechada como también inagotable y riquísima mina leonesa: la tierra, los productos de la tierra, las plantas que la tierra da y que el hombre desdeña. Puede decirse que la explotación del lúpulo, de la menta piperita, de las plantas medicinales, han tenido su prehistoria en D. Valeriano Campesino, y también su historia actual.

Por que D. Valeriano Campesino está todavía tan fuertemente vinculado a sus obras, que no se puede pensar en ninguna clase de defecciones. En este día penúltimio del mes campesino de mayo, cuando las fl ores y las plantas adquieren su máximo rigor, y se disponen a ensayar una vez más el milagro repetido de la creación, se le impondrán a D. Valeriano Campesino las insignias de Comandador de la Orden Civil del Mérito Agrícola. Yo no sé de nadie que con más dignidad la honre, ni que con más justicia la merezca. En torno a D. Valeriano Campesino Puerta, con tal motivo se reunirán gentes muy diversas, pero muy afectas, llegadas de los más alejados repliegues de la geografía nacional, a testimoniar a D. Valeriano su admiración y su gratitud. Nosotros, desde esta pantalla de la mejor actualidad leonesa, también queremos adherirnos a este homenaje a un hombre incansable y bueno, que estamos seguros, rubricará su discurso diciendo algo así: «Yo creo señores que deberíamos estudiar la forma de...». Por ello su destino, como el de los hombres verdaderamente grandes, es promover la inquietud y riqueza en torno suyo.

Victoriano Crémer (El Aplauso del Día, 26 de mayo de 1968)