nuevas costumbres
Irlanda y las fiestas de despedida
La galopante crisis hace que mil jóvenes cada semana dejen la isla camino de Canadá o Australia
El equipo de 'hurling' de Kilmoyley, que tiene su sede en una pequeña parroquia del norte de Kerry, en el oeste de Irlanda, y un historial incomparable en las competiciones del condado, ha perdido seis jugadores. El Wolfe Tones y el Clooney-Quin, del condado de Clare, han retirado sus equipos de la liga intermedia por la pérdida de efectivos. ¿Qué ocurre en este deporte que se juega con un palo similar al del hockey sobre campos de hierba? Pues que quienes lo practican son aficionados a los que la crisis económica ha obligado a abandonar su juego preferido y su tierra.
James Doorley, directivo del Consejo Nacional de Juventud, cuenta que la transición de la economía del tigre céltico a la de la deuda ha producido ya un cambio de costumbres: «Hace unos años te invitaban continuamente a fiestas de cumpleaños de tus amigos, ahora te invitan a la fiesta de despedida y un mes después a otra». Los irlandeses están emigrando. Son 50.000 jóvenes el año pasado y éste, casi mil cada semana, según los titulares que se publicaron durante la reciente campaña electoral y que sacudieron la conciencia de un país que parece tener el estigma de la emigración.
Los partidos y el Gobierno elegido dicen que intentarán evitarlo, aunque el fatalismo ocupa de nuevo una parte de la psicología irlandesa
Emigraciones las hubo en Irlanda como en cualquier otro país pero sin la desatada por la gran hambruna de mitad del siglo XIX la fama de la emigración irlandesa no sería tan notoria. Según The Oxford Companion of Irish History , entre 1815 y 1921 unos 8 millones de irlandeses abandonaron el país, lo que justificaría la afirmación de la expresidenta Mary Robinson de que hay en todo el mundo unas 70 millones de irlandeses.