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Publicado por
León

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Aunque como dejó dicho el general Espartero, «el prestigio dura poco, incluso el militar», el presidente Barack Obama vive en una nube. Roza el 60% de aprobación en las encuestas solo diez días después de la muerte de Bin Laden y el eco de este éxito se extiende a todos los órdenes de la gobernación de la Unión, incluido el económico. Súbitamente, la Casa Blanca reordena la agenda presidencial, vuelve al escenario la reforma sanitaria, amenazada de liquidación por derribo si los demócratas dejan el poder y hasta la gestión económica parece aceptable a una mayoría de americanos. Milagros de Bin Laden. La liquidación del jefe de Al-Qaida ha llevado a los altares a un Obama ya en pre-campaña frente a un campo republicano en busca de un candidato adecuado invisible a día de hoy. La labor está a la altura del temperamento de Newt Gingrich (ala derecha y confeso neo-reganista y autor de un librito que se titula nada menos que «Cómo parar la máquina laica-socialista de Obama», quien anunció que se presenta a las primarias republicanas, el primero de los nombres que circulan en una lista todavía corta y sin sorpresas. Más notable aún y solo testimonialista, Ron Paul, de 75 años y casi eterno diputado por Texas, también concurrirá por los republicanos con su programa libertario y -˜por libre-™.

Aún es útil volcarse un instante sobre la venta al público del éxito de Obama que empezó con el mensaje presidencial apenas concluida la operación El presidente recordó que apenas instalado en la Casa Blanca dio a Leon Panetta, el jefe de la CIA nombrado por él la instrucción de que liquidar a Bin Laden era la prioridad absoluta. Contó que en agosto pasado (es decir, en su periodo sin deber nada a nadie) hubo información solvente sobre el aparente paradero de Bin Laden, que bajo mi dirección se emprendió la arriesgada operación y -“precisó más tarde en la NBC-“ las posibilidades de acertar eran «55-45», es decir, que corrió el riesgo de equivocarse y, por tanto, perjudicarse políticamente.

Perfecto. El presidente-candidato Obama ganó por goleada y vive en una nube. Pero es tan listo que no cometerá el error de ignorar que aún hay partido.