Cerrar

Entrevista

«Siento empatía con León, es una ciudad auténtica»

León

Creado:

Actualizado:

Xavier de Richemont está logrando lo que no han conseguido muchos historiadores y divulgadores: que niños, jóvenes y mayores se queden absortos mientras les cuentan los avatares de la Historia de León. Para conseguirlo leyó, tomó muchas fotos, paseó por la ciudad y después empleó sus casi milagrosos cañones de luz.

—¿Cómo describiría usted el trabajo que ha desarrollado para la Colegiata de San Isidoro?

—En el 2007, año en el que instalé mi primera pieza en México, llamé a mi trabajo `murales monumentales de luz´, por mi fuerte relación con la pintura y por las importantes dimensiones que siempren han caracterizado mi trabajo. Es una terminología que se adecúa al tiempo, a mi interés por la pintura americana y al gran formato. Todas esas características también son la base de mi pintura. Además, México me impactó porque es un país en el que el color está omnipresente y por los grandes frescos y murales de artistas como Siqueiros, que supieron movilizar al pueblo con sus pinturas monumentales, a menudo revolucionarias en cuanto a los temas. Pero ahora hay una diferencia: los temas que abordo en mi pintura son otros, en mi obra no hay militancia política. Y además está la técnica. Yo soy un pintor del siglo XXI y en tanto que pintor contemporáneo, utilizo los medios que mi época me brinda: los pinceles luminosos que son los proyectores de vídeo para crear obras monumentales y colores. Trabajo mucho en edificios de un gran valor arquitectónico e histórico y dibujo en ellos historias en movimiento, fruto de mis impresiones y de mis investigaciones sobre la historia y sobre las particularidades de los lugares que acogen esos monumentos.

—¿Cómo se produce, técnicamente, ese trabajo?

—Mi trabajo se proyecta en videoproyectores muy potentes después de haber sido creado en el taller. He de decir que tengo muchísimo respeto por los monumentos, sobre todo por los de carácter religioso, porque representan y contienen una gran parte de la memoria de nuestra civilización.

—¿Ha tomado a los reyes de León como modelo para contar su historia?

—Sí, desde luego. Muestro a Pelayo, Fernando y Sancha, y también evoco a los monarcas Alfonso IX y Ordoño II a través de las diferentes épocas que representaron para el Reino.

—¿Ha modificado de algún modo su estilo o su paleta de colores para este proyecto?

—Mi gama de colores proviene de los temas y de mis investigaciones iconográficas, así como de la armonía cromática de las composiciones, que siempre se explican como cuadros narrativos. Soy un pintor, amo el color y la materia; podría decirse que soy un colorista.

—¿Puede narrar la historia que cuentan sus murales de luz en este proyecto?

—Es como un sucesión de cuadros que evocan diferentes épocas. Me he documentado mucho para conseguir este resultado fi nal, hablando con especialistas en la historia de León, acudiendo a las fuentes originales, tomando muchísimas fotos y visitando en numerosas ocasiones los museos de su ciudad.

—¿Y cómo lo calificaría?

—Es... como una pintura es movimiento.

—¿Hay algo que haya hecho a este proyecto diferente del resto?

—Todos mis proyectos son diferentes. No hay dos iguales porque todos ellos están dedicados a monumentos que, de alguna manera, son los que van generando el objeto de mi trabajo. León es una ciudad con dos mil años de existencia. No es ni Chartres ni Montreal ni San Luis Potosí... La basílica de San Isidoro es una maravilla, tanto en lo concerniente a la arquitectura como a la historia. Es una obra maestra de la pintura del siglo XI. Podemos calificarlo como un monumento mayor, con una riqueza histórica que, desde luego, ha sido imprescindible a la hora de escribir este proyecto.

—¿Cuánto tiempo ha dedicado al proyecto?

—La primera vez que me reuní con Javier Chamorro y Gemma Cabezas fue hace dos años, durante el festival `Chartres en Lumières´ de la ciudad de Chartres, donde yo estaba realizando una de mis instalaciones. El trabajo artístico para esta pieza en concreto ha necesitado alrededor de un año de trabajo, después de numerosas estancias en León en las que he realizado mis investigaciones y en las que he trabajado con expertos leoneses como Alejandro Valderas, quienes me explicaron de manera muy minuciosa el contexto preciso de la Historia de León.

—¿Cuál es el balance que hace de todo este tiempo elaborando su proyecto leonés?

—He sido muy feliz trabajando en León. Tengo que decir que es una de las ciudades más auténticas en las que he trabajado y, además, he sentido mucha empatía con el trabajo que he realizado en esta ocasión.

—¿Es cierto que tiene pendientes nuevos proyectos para la ciudad?

—Sí. En breve volveré a León para preparar uno exclusivo y totalmente nuevo para la Catedral, con lo que el próximo año habrá dos proyectos de manera simultánea en León.