un arte completo
León irradia historia
El interruptor que activa la aventura de león se enciende cada sábado. es un asombroso montaje de luz y sonido que incluirá la catedral y san marcos
Todo León habla de ello. O al menos lo intenta, porque no es fácil describir lo que hace Xavier de Richemont con los edificios monumentales. No se parece a nada de lo visto anteriormente, y por eso su agenda 'arde' con peticiones procedentes de los más diversos lugares del mundo. El pasado sábado día 7 este iluminador y pintor francés dejó boquiabiertos a los muchos leoneses que se acercaron hasta la plaza de San Isidoro para asistir a la inauguración del espectáculo que ha preparado sobre la historia del Reino de León y que puede verse todos los sábados a las once de la noche; en principio, hasta el mes de octubre.
Pero no fue fácil conseguir que De Richemont trabajase en León. En realidad su presencia en esta tierra se debe al empeño personal del vicealcalde, Javier Chamorro, desde el mismo momento en el que, hace ya dos años, contemplara los diversos espectáculos lumínicos permanentes que el artista tiene en la ciudad francesa de Chartres.
A partir de ahí se sucedieron las llamadas, las visitas, el manejo de números y la búsqueda de patrocinadores, el encargo formal, y los viajes del iluminador a la capital leonesa para conocer las posibilidades de los monumentos y la historia que debería contar a través de ese elemento con el que De Richemont se revela como un maestro indiscutible: la luz. Cuando ya había visitado la provincia y leído sobre la historia y el arte de esta tierra, así como elaborado algunos bocetos sobre el espectáculo, problemas de agenda impidieron el estreno del montaje leonés para el año que en el que estaba previsto, el 2010, cuando se conmemoraron los 1.100 años de historia del Regnum Legionensis (de hecho, cuando finaliza el espectáculo isidoriano, puede leerse 'Reino de León, 910-2010').
La magnitud del encargo que se le había hecho desde México 'con motivo del bicentenario de la independencia de aquel país' hizo que por fuerza hubiera de desplazarse el espectáculo leonés al actual 2011. Las múltiples ubicaciones del proyecto mexicano y la complejidad del trabajo 'en parte se basaba en la obra de los más grandes muralistas mexicanos' fueron razones que requirieron, más tiempo del previsto, la presencia de De Richemont al otro lado del Atlántico.
Una vez culminada la ambiciosa labor azteca (por cierto que muchas de las proyecciones tuvieron lugar en la ciudad, hermanada con la capital leonesa, de León de Guanajuato), el artista francés se dedicó a imbuirse de las tradiciones, la historia y el arte, tanto de León como de toda España. Y es que, a pesar de las peticiones 'aun en estudio' de otras ciudades españolas como Sevilla y Málaga, el proyecto leonés fue el que más convenció y apasionó a De Richemont, de tal manera que su trabajo en nuestra ciudad ha sido el primero de España y de la Península, puesto que también la portuguesa Évora ha pugnado por contar con el talento del iluminador francés.
En su decisión influyeron no poco sus visitas a la capital del viejo reino. El propio Xavier de Richemont califica a León como «una de las ciudades más auténticas» de cuantas ha visitado y en las que ha trabajado. Acudió unas siete veces, visitó la basílica de San Isidoro, a la que llama «monumento mayor», habló con especialistas leoneses en Historia y en Arte, subió a la plataforma elevada a quince metros en la Catedral, y se empapó de cuantos textos e imágenes le hicieron llegar sobre el arte hispánico en general y el leonés en particular.
Una ciudad llena de historia «y de posibilidades artísticas» que cautivó desde el primer momento a De Richemont, acostumbrado a lidiar con poblaciones tan repletas de patrimonio como las francesas Arles o Chartres 'donde sus montajes en la 'fiesta de la luz' atraen a centenares de visitantes todos los años' o la alemana Mülheim. En cuestión de arte nada tiene que envidiar León, a su juicio, a cualquier otra mediana población europea o americana. Por otra parte, como gran artista y artesano de la luz que es, el momento de contemplar las vidrieras de la Pulchra fue para él completamente fascinante. Otro aspecto que impresionó al artista y que le motivó positivamente a trabajar aquí fue el hecho de que en una misma ciudad, en pocos metros incluso, pueda una persona pasar del mejor románico al más puro gótico, y de éste al más significativo renacentista, y aun de éstos a la última vanguardia arquitectónica; todo ello con contundentes y señeros ejemplos diseminados aquí y allá, entre las calles y plazas de la ciudad.
Y así, el espectáculo que cada sábado a las 23.00 horas puede verse proyectado sobre San Isidoro incorpora todas esas visiones artísticas e históricas del territorio leonés. Partiendo del brillante oro de los astures, ambicionado por Roma, esta 'película al aire libre' va hilvanando, de manera visual y sonora, sucesivas etapas del devenir leonés hasta culminar en el vértigo de la modernidad con el cambio en las costumbres y la renovación de los paisajes urbanos.
La maestría de Xavier de Richemont consiste, en gran medida, en 'mimar' cada haz de luz. No hay color o forma que no tenga una misión, no hay rayo proyectado que no dibuje una figura concreta o que no se adapte a cada mínimo detalle arquitectónico de la Real Colegiata de una forma pasmosa para el espectador; más aun si la música, cuidadosamente seleccionada, encaja como un guante en la evolución general de la película. Sólo de esta manera, envolviendo al público con tantos estímulos, consigue que San Isidoro 'nazca' de nuevo, 'reviva' etapas de su historia e incluso sea 'destruido'.
Con contrato para cinco años, De Richemont ya planea un nuevo espectáculo para la Catedral al que podría seguir otro sobre el convento de San Marcos.