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Publicado por
León

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Ha sido la estrella política mas fugaz del universo socialista. Anunció que llegaba y se iba en el mismo acto y en la argumentación. ha dejado desnudo con las vergüenzas al aire a un rey que todos simulaban ver vestido, Carme Chacón se ha rendido en la primera atacada, rememorando la genial advertencia de «al suelo que vienen los nuestros». Quería jugar creyendo que tenia un «as» en la manga, que Zapatero -sabedor y cómplice de la jugada- tendría capacidad para ungirla como la elegida pero minusvaloró a los «pata negra» de su partido, auténticos maestros en el arte de la conspiración. Ha sido por un instante la reina «del pudo haber sido y no fue» pero ni la puesta en escena, ni sus ojos llorosos y apenados, ni su aspecto frágil de juguete roto y decepcionado por los navajeos de sus compañeros pudieron tapar la potencia de la carga de profundidad que dejaron sus palabras. «En los últimos días hemos asistido a una escalada que ponía en riesgo la autoridad del presidente del Gobierno y secretario general, incluso la estabilidad del gobierno», dijo poniendo el dedo en la llaga de lo que ha ocurrido estos días en la calle Ferraz y los aledaños de Moncloa. No puso nombres a esos que estaban dispuestos a matar al padre con tal de coger las pocas migajas que queden de la herencia. Ahora nos pueden contar lo que quieran: que las primarias con un solo candidato no son un «dedazo» aunque lo son; que la ministra Chacón a los que ellos desprecian llamándole «niña» es decir bisoña, ha demostrado una gran generosidad -¡ja, ja, a la fuerza ahorcan- dejando el terreno libre a Rubalcabas. Al presidente del gobierno le han doblado el pulso y le han dejado desnudo con sus vergüenzas expuestas al sol. Agrandan ahora su estampa olvidada de «Zapatitos» y le señalan como el culpable de todos los males para ocultar que todos ellos son cómplices del desaguisado. Quieren optar por el «rey muerto rey puesto» pero no desean que muera en su cama sino a consecuencia de los puñales que afilan por minutos para que se cumpla la sentencia de Cayo Bruto «Tu también Bruto» -dijo el Cesar- al verse apuñalado por su protegido. Pues eso mismo debe pensar Zapatero. pero la imagen de estos días no se borra con un «agua pasada no mueve molino».