ocio digital
detectives de los años 40
tecnologías
Ha contado con el trabajo de decenas actores, 32 de cámaras en alta definición y un experto equipo de producción. Su argumento captura la esencia del más sórdido y refinado cine negro, pero -˜L.A. Noire-™ no es una película, es el videojuego llamado a convertirse en icono de toda una generación. Ya conocían las claves para triunfar en el mercado de los videojuegos actual, ya lo habían conseguido antes con Grand Theft Auto y Red Dead Redemption , pero los chicos de Rockstar no se han confiado y, en colaboración con los australianos de Team Bondi han conseguido dar un salto cualitativo con este título que el 20 de mayo salió a la venta en España y tres días antes en Estados Unidos, con novedades más allá de su cuidada estética.
Desde hace décadas, la industria del ocio digital interactivo ha trabajado por trasladar con la mayor fidelidad posible el mundo real a las videoconsolas y L.A. Noire se queda a un palmo de alcanzar el sueño de condensar toda la magia del cine en un videojuego gracias a la revolucionaria tecnología Motionscan. Con una red de 32 cámaras, MotionScan consigue capturar, en todas sus dimensiones y en alta definición, los gestos de un actor para trasladarlos digitalmente con un realismo fuera de serie y nunca antes visto en un videojuego. Precisamente esta tecnología constituye el pilar más importante de la jugabilidad de L.A. Noire , que recrea una narrativa dramática en la que las palabras son tan importantes como la manera en la que las dicen los diferentes personajes.
Los jugadores deberán ponerse en la piel de Cole Phelps, un veterano de la II Guerra Mundial, idealista y honrado en sus planteamientos, que se une al departamento de policía de Los Ángeles con la aspiración de hacer carrera y con la decepción de comprobar que la corrupción que impera en la ciudad a su regreso del frente, hacia 1947, salpica incluso a las autoridades.
El olfato detectivesco, la suspicacia, la capacidad de observación y, sobre todo, el interrogatorio de unos testigos que cuentan tanto o más con su lenguaje corporal que con su voz, servirán a Phelps, es decir, a los jugadores, para resolver los casos que se van planteando y alcanzar su objetivo de ganarse la confianza de sus superiores.
En sus tramas y argumento, L.A. Noire cuenta también con tintes cinematográficos al reflejar todo el lujo y las miserias del Hollywood de los años 40 y 50. De hecho, el primer caso al que se enfrentará un novato Phelps es el mismo que inspiró la película La Dalia Negra de Brian De Palma, y está basado en crímenes reales que por su atrocidad conmocionaron la ciudad de Los Ángeles de la época, un ingrediente añadido para hacer verosímil la propuesta.
¿El género? Cuesta definirlo. Quienes esperen un «sandbox» con final abierto se sentirán decepcionados. Por el contrario, quienes disfruten de las aventuras gráficas, los thrillers en tercera persona, los puzzles, los combates cuerpo a cuerpo o las carreras de coches comprobarán cómo la solidez con que está planteado «L.A. Noire» permite pasar por todos esos géneros sin molestas.