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León

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Está la Bolsa complicada. Revuelta, volátil, cambiante y peligrosa. No es fácil tomar decisiones ante la inestabilidad de los precios. El mercado se mueve por aguas turbulentas como reflejo de los problemas de los países periféricos de la eurozona, sobre todo Grecia, y por los síntomas que apuntan hacia una excesivamente tibia recuperación económica en Estados Unidos. Pero existen huecos por los que se cuela cierto optimismo.

Todas las actuaciones políticas suelen tener efectos económicos directos y también en segunda o tercera derivada. Por ejemplo, la decisión de Alemania de cerrar sus centrales nucleares seguramente influirá sobre el precio del petróleo y sobre la inflación. Puede producir un pequeño efecto mariposa. Contribuirá a sostener el crudo en precios elevados, contribuirá a aumentar la tasa de inflación, -por cuando se incrementará el coste del recibo eléctrico-, y contribuirá a aumentar la emisión de gases contaminantes si no se consigue garantizar el suministro por procedimientos verdes...

Antes de que la presidenta Angela Merkel cerrara las plantas atómicas más antiguas, el 23% de la energía de Alemania era de origen nuclear. El gobierno alemán planea reducir un 10% el consumo de electricidad en el 2020 así como duplicar el peso de las renovables en su «mix» de generación. Espera que el peso de las energías limpias alcance el 35 por ciento dentro de diez años. Por lo tanto, Alemania se enfrenta a unos años de desfase entre consumo y generación. La preocupación que ha generado la central nuclear japonesa de Fukushima y el cierre de las nucleares alemanas aumentará el interés de los inversores internacionales por las empresas dedicadas a las energías alternativas. La pega se encuentra, en España, en que la Comisión Nacional de la Energía no descarta una moratoria al desarrollo de las energías renovables, como fórmula para reducir el abultado déficit de tarifa. Pero el peso de España es cada vez menor en las compañías de renovables. Las grandes del sector están creciendo, sobre todo, en el extranjero, en especial en China, la India y Brasil.

En la Bolsa española cotizan algunas de las más importantes compañías del mundo en energías renovables, como son Gamesa e Iberdrola Renovables. .En alguna de ellas pueden encontrarse oportunidades de inversión. Los analistas de Banesto Bolsa mantienen su recomendación de comprar Gamesa, con un precio objetivo de 8,7 euros por acción. Por su parte, Iberdrola Renovables dejará de cotizar en Bolsa en julio, tras cerca de cuatro años como valor bursátil independiente

También Acciona tiene intereses crecientes en energías limpias, mientras Abengoa ha acaparado el interés de los inversores en los últimos días. Sus desinversiones (sobre todo en Telvent) permitirán a la empresa reducir su endeudamiento y acometer nuevos proyectos.

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