Nokia, nokeada
En las grandes Bolsas internacionales pocas veces se ha visto una tendencia bajista tan acusada y tan prolongada como la que ha sufrido Nokia. Los inversores de la empresa finlandesa fabricante de teléfonos móviles han sufrido un sin vivir, un frenesí bajista, un descalabro monumental.
En las últimas semanas el valor ha agudizado su caída. Ha pasado desde los 8 euros a los que cotizaba en enero hasta los poco más de cuatro del viernes. Desde estos precios casi parece un espejismo la cotización de 60 euros por título que alcanzó en el año 2000. El gráfico del valor es un acantilado. Se parece a las cataratas venezolanas del salto del Angel. Puro vértigo. De hecho, las acciones de Nokia cotizan en su precio más bajo de los últimos 13 años.
La puntilla, o el descabello más bien, lo ha puesto la agencia de calificación Fitch, que ha rebajado en dos escalones el rating de Nokia hasta BBB-, es decir, lo ha colocado al borde de la categoría de los «bonos basura». Además, Fitch sitúa esta calificación en perspectiva negativa, por lo que puede volver a revisarla a la baja.
Los usuarios están dando la espalda al sistema operativo Symbian de Nokia en busca de otras alternativas más baratas y más atractivas, como el Google Android, o los smartphones de alta gama de Apple, sin olvidar la dura competencia procedente de las Blackberry, de los Sony Ericsson y de los Samsung. Las malas previsiones de Nokia han decepcionado al mercado. Su negocio de móviles podría incurrir en pérdidas en este segundo trimestre por primera vez en más de una década.
La cotización de Nokia ha caído a niveles tan deprimidos que han comenzado a circular por los mentideros bursátiles abundantes rumores sobre la posibilidad de que Microsoft intente comprarla. De momento, ambas empresas firmaron en febrero un acuerdo para convertir el software Windows Phone7 en el principal sistema operativo de los terminales de Nokia. Pero hasta el año que viene no llegarán al mercado nuevos productos basados en Windows. Largo me lo fiáis, que decía el clásico. Tampoco se descarta la hipótesis de que sea Samsung quien lance una OPA sobre Nokia.
Tras conocerse los acuerdos estratégicos con Microsoft, los analistas de JP Morgan y los del Royal Bank of Scotland recortaban su recomendación sobre Nokia, mientras Nomura y UBS rebajaban su precio objetivo, ante el temor de que las acciones de Nokia se vean zarandeadas en los mercados todavía durante muchos meses más. La incertidumbre cotiza a al baja en las Bolsas.
El castigo ha sido muy duro. Quizá por eso mismo pronto puede llegar el momento de asumir el riesgo y apostar por Nokia. Los inversores más agresivos ya están pensando en jugarse algunos dineros a este valor. Dicen que, a estos precios, la esperanza de rebote es mayor que la de nuevos recortes. Cualquier buena noticia, por nimia que sea, puede animar al valor.