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Publicado por
León

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Es hora punta y la bocana del PATH, el tren que une Nueva Jersey con Manhattan, no deja de escupir gente. Como hormigas, miles de personas se dirigen hacia sus puestos de trabajo con unos cafés en la mano y con los cascos soltando música a todo trapo.

Nadie se fija en la parte posterior de la estación, donde cientos de operarios se afanan en unas obras gigantescas. Es la reconstrucción de la zona cero, donde se posaban orgullosas hasta hace diez años las torres gemelas.

Una década después, ya no quedan escombros, sino muchos proyectos y una montaña de polémicas.

Los líos comenzaron con la propiedad de los terrenos. Pertenecen a la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, pero lo tenían alquilado al empresario Larry Silverstein por 120 millones de dólares anuales. Y a pesar de los atentados, la empresa tenía que pagar el arrendamiento.

Numerosas trabas

Tras pasar numerosas trabas, Silverstein levantó un nuevo rascacielos (Wolrd Trade Center 7 o WTC 7) el único con capital privado y que se ha librado de las polémicas. Se levantó entre el 2002 y el 2006 y dio 9.000. El resto tendrá que esperar debido a la lentitud burocrática y a las polémicas.

«Es muy importante para nosotros construir ya y no esperar», asevera Dara McQuillan, vicepresidente de Silverstein Properties.

Entre estas polémicas estaba qué hacer con los huecos de las torres gemelas. Las víctimas no querían que se construyese nada encima, con lo que se optó por hacer dos piscinas en los huecos en donde estaba los edificios. Irá acompañado de un memorial, que también ha tenido polémica por el intento de cobrar entradas a los familiares de las víctimas. Tampoco se podrán hacer fotografías en señal de respeto.

El décimo aniversario se acercaba y la zona cero era un solar. No se construía y la crisis acentuaba el problema. «Somos neoyorquinos, americanos. Tenemos que seguir adelante», se quejaba Brian Lyons, un obrero que ha colaborado en la construcción de la WTC 7 y que perdió a su hermano Michael el 11-S.

Ante la imagen que podía dar la ciudad de dejadez, las autoridades comenzaron a agilizar los trámites. En un año, la llamada Torre de la Libertad (WTC 1) ya ha alcanzado las 70 plantas y Silverstein Properties espera que se complete la obra de Thomas Boada y David Childs en el 2013. Curiosamente, tendrá un total de 1.776 pies, cifra que coincide con el año en que se produjo la independencia estadounidense.

Aún en cimientos

Mientras la WTC 1 crece, el resto de la zona cero todavía está en los cimientos. Las dos piscinas y el memorial se abrirán entre este año y el 2012. La siguiente torre en ver la luz será la WTC 4 de Fumihiko Maki, prevista para el 2013; después llegarán la WTC 3 de Richard Rogers (2015) y la WTC 2, de Norman Foster, que se caracteriza por un techo en forma de rombo y que no tiene fecha de finalización.