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Atractivos renovados
Un gran balneario y un centro multifuncional a orillas del Danubio, nuevos atractivos de la bella capital húngara
Budapest incorpora este verano dos nuevos y atractivos iconos a su destacada oferta turística. Se trata del rehabilitado balneario Rácz, original del siglo XVI y con piscinas de la época de los Habsburgo, ahora incorporado al Rácz Hotel & Thermal Spa, miembro de la marca Leading Small Hotels of the World, uno de los más lujosos y exclusivos de la capital húngara. Además está a punto de abrirse el nuevo CET, un centro comercial, cultural y de ocio que quiere convertirse en punto de cita obligado para los habitantes y visitantes de la ciudad. Se prevee que ambos espacios sean abiertos en estas fechas veraniegas.
El balneario Rácz pretende superar a todo lo que ya existe en Budapest. Y el objetivo no es fácil, porque la ciudad, con 123 fuentes termales y dos docenas de balnearios tiene la mayor oferta termal del mundo. Además, entre ellos cuenta con algunos históricos de la época de los turcos con 400 años de antigüedad, como el Király o el Rudas y otros que se construyeron a finales del siglo XIX o inicios del XX, en estilos que van del secesionista al neoclásico, como el popular Gellért (al que todo el mundo se refiere como el del anuncio de los -œcuerpos Danone-), los baños Lukács o el gigantesco Széchenyi con grandes piscinas termales al aire libre donde la gente pasa el tiempo jugando al ajedrez. La cultura del baño forma parte de la vida de los húngaros desde hace siglos. Es a la vez emocionante y relajante, moderno y tradicional, cotidiano y especial. Desde primera hora de la mañana, los baños termales tientan con sus aguas, masajes y hedonismo en estado puro.
Aunque el balneario original tenía 2.000 metros cuadrados, el nuevo Rácz Thermal Spa tiene 8.000 metros cuadrados de instalaciones. Bálint Prekuta, uno de los propietarios de Rác Nosztalgia, comenta: «Quedaban unos 2.000 metros cuadrados de la histórica Rácz. Nosotros lo ampliamos a 8.000. Hemos construido un complejo moderno de cristal alrededor del original, como una burbuja». Trece piscinas, zonas de descanso, saunas, baños turcos, solarios y 21 salas para dar un centenar de tratamientos que ofrecen las últimas terapias y las más tradicionales, zonas para tratamientos de belleza y peluquería. Dispone de una sección VIP exclusiva. Naturalmente, también tiene varios bares, dos restaurantes y una sala de reuniones.
La renovación de los baños turcos que se hizo en 1860 por el arquitecto estrella del momento Miklós Ybl, fue «un ejemplo de ornamentación, esplendor, confort y funcionalidad sin igual en ninguna otra institución similar de la capital». Los nuevos propietarios del balneario tienen la esperanza de repetir la hazaña de Ybl, aportando al Rácz el diseño del siglo XXI, y restaurando los elementos originales. En la rehabilitación, que ha durado varios años, se han respetado algunos de los baños y mosaicos originales pero se han incorporado modernos servicios que armonizan con lo antiguo. Por ejemplo toda la fontanería es nueva, pero las duchas llevan las cañerías vistas y con materiales y formas similares a las antiguas, de manera que constituyen un conjunto armónico.
Las obras han sido supervisadas por el especialista francés en spa Thalgo y será administrada por la hotelera italiana Baglioni. «El proyecto ha sufrido retraso tras retraso», se queja Csaba Valko, uno de los propietarios de Nosztalgia RAC, la empresa que gestiona el proyecto, de la que la cuarta parte pertenece a la ciudad de Budapest. La idea de arreglar los baños turcos y crear un hotel al lado surgió en la década del 1980 pero no fue aprobada por el municipio hasta el 2002. Los costos se han duplicado desde entonces. Los primeros gestores, Kempinski Hotels abandonaron, siendo reemplazados por Baglioni en el 2007. Un nuevo equipo de arquitectos, dirigido por Tamás Dévényi de la Építészmúhely Budapesti, fue el encargado de completar el proyecto.
El nuevo balneario y el hotel de 5 estrellas con 67 habitaciones se encuentra en la orilla Buda del Danubio, a los pies de la colina Gellert, muy cerca del Palacio Real y junto al puente Elisabeth. Toda la zona forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
1397124194 Ocio, cultura, gastronomía
Cruzando ese puente, ya en la orilla de Pest y enfrente del balneario Rácz y el Gellert se encuentra el que parece llamado a convertirse en el nuevo lugar de cita de la gente de Budapest y sus visitantes. Se trata del CET (Central European Time), un impresionante edificio y complejo multifuncional que presenta la más moderna oferta de tiendas, ocio, cultura y gastronomía de la ciudad y que ayudará a los residentes de la ciudad a recuperar la línea de costa del Danubio, el gran río europeo de une la Selva Negra con el Mar Negro.
El impresionante proyecto, de 31.000 metros cuadrados y con un aparcamiento subterráneo para 250 coches, es obra de Kas Oosterhuis, uno de los personajes más excepcionales en el mundo de la arquitectura europea contemporánea. Se han recuperado unos antiguos almacenes que servían de aduana en el río, y se han unido mediante una gigantesca bóveda ovalada de 160 metros realizada en vidrio y aluminio.
CET pretende reunir lo más fresco y vanguardista de las tendencias europeas, estableciendo un nuevo nivel de calidad en la sinergia de negocios y cultura, situándose en el mismo nivel que los mejores centros culturales de Berlín, París o Madrid. Su ambición les permite llegar a los dos millones y medio de visitantes cada año. CET tiene un carácter multifuncional que se muestra no sólo en sus soluciones arquitectónicas, sino también en sus servicios. Este es un espacio donde se puede disfrutar de una exposición comercial y un excelente concierto y al mismo tiempo dar el toque final con una cena perfecta, en cualquiera de sus muchos restaurantes y cafés al borde del Danubio. Y entre medias, habrá tiempo para cotillear en las librerías, tiendas, galerías de arte, boutiques de diseñadores y tiendas de delicatessen mientras que, al estilo del Covent Garden de Londres, artistas callejeros y vendedores podrán divertir a los transeúntes.