Diario de León

centro de referencia estatal

Aprender a vivir mejor

A pesar de ser personas con un gran dependencia, los usuarios del CRE de san andrés consiguen mejorar su calidad de vida y autonomía

Imagen del Centro de Referencia Estatal de Discapacidad y Dependencia ubicado en San Andrés.

Imagen del Centro de Referencia Estatal de Discapacidad y Dependencia ubicado en San Andrés.

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León

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Para quienes pasan cerca de él, su colorido y arquitectura centran su atención. Para quienes viven en él, supone un gran paso para su vida. Eso es, mejorar la calidad de vida desde unas instalaciones que nacieron como referente español, y en las cuales los profesionales dan lo mejor de sí mismo a lo largo de los 365 días al año en el que el centro está abierto.

Es el CRE de San Andrés del Rabanedo, ese bonito edificio que la mayoría de quienes pasan cerca de él saben de su existencia, pero desconocen su función. Paradójicamente es más conocido fuera de León. Si preguntásemos a pie de calle, pocos serían capaces de explicar en que consiste su función. Pero para quienes necesitan de su ayuda todas las palabras serían pocas para describir lo que el CRE significa para ellos.

En España existen otros cuatro centros de referencia cómo el de San Andrés, pero cada uno cuenta con una especialidad propia. Existe uno de Alzheimer en Salamanca, de Enfermedades Raras en Burgos, uno de Daño Cerebral y otro de Productos de Apoyo en Madrid, y por último el de León es de Discapacidad Física.

El Centro de Referencia Estatal de San Andrés del Rabanedo, dependiente del Imserso, se perfila como un centro especializado y avanzado en investigación, innovación, información y documentación. Todo ello sobre personas con grave discapacidad física en riesgo o situación de dependencia. También se ocupa de su atención personal, habilitación o rehabilitación, formación e integración psicosocial. Cuatro son los pilares fundamentales en los que se basa el centro: rehabilitación, deporte, tecnologías accesibles e inclusión. Son muchos los servicios que presta, entre ellos podemos destacar el de prevención y promoción de la autonomía personal, y de apoyo social a esas personas dependientes que acuden al centro. Existe un servicio de consulta y asesoramiento para las familias, los cuidadores y ONG´s que se dediquen a la atención de estas personas. Además, el CRE promociona estudios e investigaciones, desarrollo de normas técnicas y de buenas prácticas en cuanto a la autonomía personal y el deporte adaptado.

Uno de sus esloganes. -˜Ante todo...la persona-™ es sin duda una de las grandes verdades de quién se acerca al centro y conoce como funciona. El trato personal seduce tanto a los profesionales como a los internos que dan la sensación de una gran familia. Esta cercanía es fundamental para conseguir que las demandas de las personas se traduzcan en un nuevo avance para ellos. Y es que cada innovación surge a través de los propios usuarios quienes a través de sus necesidades diarias comunican lo que supone un inconveniente el cual el centro se vuelca para poder mejorarlo.

Este es el caso de la creación de un messenger (servicio de mensajería instantánea de Hotmail) accesible. El proyecto lo han llevado a cabo investigadores de la universidad de León en colaboración con el Inteco y los usuarios del CRE. Este es uno de los numerosos proyectos que este Centro de Referencia ha desarrollado en sus cuatro años de vida. A pesar de sus complejos nombres para quienes no se relacionan en su día a día con esta terminología, los proyectos que desarrollan son francamente increíbles. Y aún así, son muchos los leoneses que desconocen la labor de este centro, que por otro lado es bien conocida fuera de las fronteras de la provincia.

Uno de estos proyectos es el -˜Brain Computer Interface-™ que se aplica para estudiar el control de dispositivos domóticos que sirve para que las personas dependientes adquieran una mayor accesibilidad en el hogar digital y su entorno habitual.

La palabra tecnología invade el trabajo del centro, así como su física. Los profesionales que trabajan para facilitar la vida de estas personas que por unas u otras razones han visto reducida su independencia cuentan con nuevas tecnologías que facilitan su trabajo a la vez que contribuyen a la superación personal de los usuarios.

La tecnología actualmente implantada es innumerable, desde grúas para facilitar el desplazamiento dentro de la habitación, biometrics, software de estimulación cognitiva y neuronal, telefonía móvil adaptada, robótica asistencial, hasta talleres específicos de TIC´s para los trabajadores.

Una nueva vida es posible para personas que a pesar de tener una grave dependencia consiguen mejorar su calidad de vida. Esto se traduce en una superación personal, en tener más autoestima, facilitar la socialización y llevar a cabo una vida independiente. Y es que en el CRE de San Andrés se trabaja sobre la vida diaria de los usuarios.

Tres plantas

El centro se organiza en tres plantas para ofrecer sus servicios a sus usuarios. En la planta baja, si llegas por la mañana, te puedes encontrar con la hora del desayuno en un gran comedor adaptado hasta el último detalle. Quizás sea esta zona una de las de mayor trabajo debido a la especialidad de cada dieta individual. Para ello los cuidadores reconocen qué tipo de alimentación deben de darles gracias a unos cubos cuyos colores representan una dieta distinta. Una forma más fácil de trabajar para satisfacer la necesidad del usuario.

Inaugurado en el año 2007, sus instalaciones cuentan con lo último en tecnología para las personas dependientes. Con una sala de fisioterapia, los usuarios hacen sus ejercicios ayudados de profesionales con el material más adaptado a sus necesidades. La directora destaca en esta sala la grúa del techo, por medio de un arnés la persona con discapacidad física puede deambular por la sala de forma autónoma.

Una de las estancias más interesantes del CRE es la sala de -˜snoezelen-™. Bien por su aspecto, sus luces o su aislamiento, pero en ella se respira lo que los profesionales buscan en ella para sus pacientes, estimulación multisensiorial, visual, auditiva o relajación. En esta sala el centro y la Facultad de Telecomunicaciones de Valladolid realizó un proyecto de investigación para medir la actividad eléctrica cerebral.

El Salón de Actos también se encuentra en esta planta donde por supuesto la accesibilidad es su principal característica, y es que no sólo el público utiliza la silla de ruedas sino que también se da el caso de que sean los ponentes quienes también necesiten de materiales adaptados. La sala cuenta con un bucle magnético para evitar las interferencias que puedan producirse con los audífonos de los asistentes. Además, cuatro cabinas de traducción simultánea ayudan a las personas discapacitadas a comprender en el momento lo que desde la tribuna se está contando. Como el centro, este salón también es abierto y gratuito. No sólo la institución hace uso de él, sino que desde fuera cualquier asociación o colectivo que lo necesite puede utilizarlo, por lo que la directora destaca que «siempre está lleno».

La planta residencial no tiene nada que ver con lo que se puede llegar a imaginar en un centro de este tipo, y es que la sensación de confort invade todos sus pasillos. Con salas de descanso, las habitaciones de las 120 personas internas se reparten de manera individual contando con todas las facilidades posibles para quienes dependen en cada momento de ayuda externa. Y es que en ellas cuelgan del techo las grúas que facilitan a los usuarios moverse libremente por la habitación sin la ayuda constante de un profesional. Toda la habitación y el baño se adapta a ellos, incluso el armario cuenta con las características necesarias para que una vez más se puedan sentir autosuficientes en tareas tan simples como poder coger la camisa que antes habían dejado colgada. Y es que cualquier avance es necesario para contribuir a la autoestima del usuario, que gracias a la confianza que en sí mismo deposita ve como al día siguiente logrará ser más independiente.

Demanda

Por todo ello, la demanda que recae sobre el CRE es de cinco o seis solicitudes a la semana. Pero su directora, Nuria Mendoza, destaca que tras las vacaciones de navidad, verano y semana santa, debido a los accidentes de tráfico, «cuando trascurren dos meses (el tiempo que permanecen ingresados en el hospital) se incrementa notoriamente esa demanda». El centro cuenta con 120 residentes y con cerca de veinte usuarios que permanecen en el centro durante el día, de nueve de la mañana a cinco de la tarde.

Es un centro que permanece abierto los 365 días al año para atender a personas que por su discapacidad avanzada no podrían mejorar su calidad de vida de otra manera. Durante el día son numerosas las actividades que los usuarios realizan en compañía de los profesionales del centro y de personas del exterior. Y es que el CRE no sólo trabaja para su rehabilitación sino que buscan su inclusión en la sociedad. Por ello trabajan con instituciones, asociaciones y con las familias para que busquen en él un centro de consulta sobre «los procedimientos y métodos facilitadores de participación social» para personas dependientes.

Es tan inmenso su trabajo que no acaba en la asistencia personal sino que traspasa a la investigación y difusión de la misma. Los proyectos ayudan a conocer mejor a las personas discapacitadas y su gravedad, de esta forma se trabaja para mejorar su calidad de vida. Todos los resultados se dan a conocer para que otras instituciones se sirvan de ello. La difusión de los estudios del CRE de San Andrés traspasa fronteras llegando hasta Finlandia, Noruega, Israel, París y Portugal.

Con la vista puesta en el futuro, lo más próximo es comenzar a publicar sus actuaciones en congresos, en especial sobre deporte adaptado, y sobre «la rehabilitación en plataformas tecnológicas de bajo coste». Además realizarán cursos de formación sobre deporte, rehabilitación y tecnologías accesibles con el «objeto de promover la investigación en estas áreas».

Volviendo al -˜Ante todo...la persona-™ es necesario destacar, por encima de todos los avances tecnológicos, que el centro ha logrado el trato personal. Más que un centro sobre investigación y atención a personas discapacitadas, su actividad se asemeja más a una gran familia. Como una gran familia con sus problemas, pero con la característica de una buena familia, la compresión. La principal norma moral que parece que todos hayan aprendido es el ayudarse los unos a los otros, entre usuarios y profesionales, para comprender así cada uno los problemas de los demás. Todo ello se traduce en un gran trabajo que se realiza de forma conjunta entre usuarios y profesionales.

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