El general Sarkozy
El jueves se reunirá una gran conferencia internacional sobre Libia en la que estarán representados todos los grandes Estados y el secretario general de la ONU. ¿Saben dónde se celebrará?.... En París y sin sorpresa: Francia ha sido abiertamente, con un presidente Sarkozy hiperactivo, verdadero motor del esfuerzo político, diplomático y militar que ha terminado al fin con el régimen del coronel Gadafi en Trípoli.
París ha llevado la batuta no solo con permiso sino con alivio de Washington, donde la administración Obama, lidiando con la posguerra de Iraq y la guerra declinante de Afganistán, no necesita más aventuras exteriores. El gobierno britanico ha ayudado mucho y Moscú y Pekín, tan renuentes a aceptar en la ONU cualquier cosa que implique interferencia en asuntos internos de terceros, intuyeron que —esta vez sí— había consenso razonable como para abstenerse a la hora de votar el 17 de marzo la resolución 1973 que autorizó la intervención de la Otan con limitaciones. Cuando el proceso de toma de decisión al respecto llegó a su punto crítico la figura de Sarkozy estaba ya muy mal situada en las encuestas, que invariablemente le daban perdedor contra un candidato socialista y con toda la prudencia que exigen los comentarios especulativos no es muy aventurado suponer que él sopesó la repercusión electoral que tendría una fuerte involucración francesa en la guerra tras hacerla posible. Así, resultó impresionante y un punto teatral ver y oir decir a Sarkozy el 19 de marzo, dos días después, al clausurar otra conferencia sobre Libia celebrada también en París: «en estos momentos, mientras les hablo, aviones de la Otan están atacando en Libia.... «.
Algunos medios están persuadidos de que ha habido siempre un factor de interés electoral en la conducta de Sarkozy. Y todo le ha salido bien, asumiendo que Gadafi es cosa del pasado.
Francia quiso venderle su avión cazabombardero Rafale, que no ha conseguido un solo contrato fuera de Francia, pero eso era realismo industrial y es el pasado. El brillante porvenir diplomático es lo que supuestamente espera en la nueva Libia al general Sarkozy, quien se ha encontrado muy a gusto rodeado de uniformes y dando órdenes…