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León

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Agosto ha sido un mes muy complicado en los mercados financieros. Ha sido un mes marcado por la fragilidad de la deuda pública europea y por la sensación de que la recuperación económica se está ralentizando a ambos lados del Atlántico. Ha sido un mes en el que, además, ha llovido sobre mojado. La Bolsa española ha perdido en agosto un 9,5 por ciento después de caer un 7 por ciento en julio. El índice Ibex 35 ha llegado a situarse en agosto en algunos momentos por debajo de los 8.000 puntos, frente a los 9.600 de finales de julio. En los demás mercados, la prima de riesgo de España ha bajado desde los 420 puntos básicos que alcanzó el día cinco de agosto, hasta los 300 del pasado viernes. El petróleo ha bajado ligeramente en agosto, desde 118 a 114 dólares, mientras el oro ha subido hasta nuevos máximos. Se ha encarecido 200 dólares en un mes, hasta pagarse por encima de los 1.800 por onza. Para las Bolsas y la deuda ha sido mano de santo la decisión del Banco Central Europeo de comprar directamente en el mercado secundario la deuda soberana de los países más acosados. Pero es un arma de doble filo, ya que el BCE pone dinero sobre la mesa, precisamente, para comprar la deuda que desprecian los inversores internacionales.

También han ayudado a los mercados otras medidas, como el anuncio de la Reserva Federal de EEUU de que mantendrá muy bajo el precio del dinero al menos hasta finales del año que viene, o la decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de mantener la prohibición de las operaciones cortas hasta el 30 de septiembre. Además, Portugal, España e Italia han anunciado nuevas baterías de medidas para reducir sus déficit, mientras el presidente de Estados Unidos presentará este miércoles, el día 7, un plan económico destinado a crear empleo vía obra pública.

Puede haber más ayudas si la economía no consigue, como parece probable, mantener la recuperación sin apoyos exteriores. Algunos expertos creen que al mercado le queda todavía una corrección de un 15 por ciento antes de que se pueda empezar a tomar posiciones con cierta tranquilidad. Llegará el momento, aunque antes habrá que superar otra etapa de nerviosismo.

Con estas referencias y contando siempre con la prudencia por bandera, los expertos consideran buena idea tomar posiciones a largo plazo en Telefónica aprovechando que cotiza a poco más de 14 euros. Los más optimistas creen que verán a Telefónica de nuevo a 16 euros a medio plazo, en cuanto se disipen los peores temores sobre la economía y los mercados recuperen la tranquilidad. Los inversores no descartan tampoco apostar por Repsol, en este caso a corto, ante la intención de la petrolera mexicana Pemex de elevar su participación en la española hasta el 9 por ciento del capital. También puede hacerlo bien a corto plazo Inditex, a pesar de que ha subido en seis meses de 50 a 60 euros. La empresa gallega se incorporará el próximo 19 de septiembre al índice Eurostoxx 50.