Diario de León

CANTO RODADO

La igualdad va a pedales

La crisis ha llegado también a la paridad: los hombres se aseguran los puestos y reducen la esperanza de vida política de las mujeres

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León

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La bicicleta es una de las precursoras invisibles del ecofeminismo. Por supuesto, los inventores de la bicicleta no tenían pretensión libertadora alguna para las mujeres. Pero el hecho de montar en bici, a finales del siglo XIX, se convirtió en un acto subversivo y casi revolucionario en el ámbito femenino. Con sus largos vestidos, botines con tacos, peinados perfectos o llamativos sombreros las jóvenes intrépidas, primero las de las clases más pudientes, tomaron la bici como «la máquina de la libertad», tal y como la bautizó la sufragista estadounidense Susan B. Anthony.

Los hombres empezaron a ponerse nerviosos, especialmente los casados con estas ‘aventureras’. Llegaron a vaticinar una bajada estrepitosa de la natalidad al temer que las mujeres encontraran más placer subidas al sobre el sillín del velocípedo que en el lecho conyugal. Curiosamente, la creadora del término ecofeminismo, Françoise d’Eaubonne, en los años 70 del siglo XX, relacionó el problema de la superpoblación mundial y la falta de libertad de las mujeres para decidir sobre la reproducción incluso en la Francia de antes de ayer.

En fin, es obvio que la bicicleta tampoco se concibió ara disminuir las emisiones de CO2. La mayoría de la población no sabía que era estas siglas con un dos al lado y no sólo por falta de cultura. El planeta estaba bastante más limpio que ahora. Pero los tiempos corren, corren, corren... y cambian. Y a veces los cambios más profundos son los que se hacen poco a poco, a pedales .

Los nuevos aires del siglo XXI han recuperado la bici más allá de la infancia. La bici está de moda, como la igualdad en los últimos años. La era Zapatero trajo importantes avances —dos pasos adelante— para las mujeres españolas que han tenido repercusión internacional: la UE aprobó el viernes la orden de protección para víctimas de violencia de género siguiendo el modelo español.

Pero en esto llegó la crisis... La excusa perfecta. Y se acabó la moda de la igualdad. Mejor. Porque la equidad entre hombres y mujeres no puede ser una prenda políticamente correcta con fecha de caducidad. Ahora se ven las caras (y caretas) de quienes desde el púlpito del patriarcado y del paternalismo vendían igualdad de boquilla. Las listas del PSOE a las elecciones del 20-N —León es un caso ejemplarmente lamentable— ponen en evidencia que los avances para las mujeres siempre tienen que contar con el consabido paso atrás. Y no me hagan hablar del sector quítatetúpaponermeyo ...

Las parlamentarias socialistas barruntan que la representación de mujeres en la próxima legislatura va a ser de 30-70%, frente al 45-65% de la que acaba de expirar. Las parlamentarias se quejan. La esperanza de vida política de una mujer es menor que la de los hombres (salvo excepciones, claro).

El Fórum de Política Feminista, que preside la leonesa Nina Infante, denuncia que la representación femenina mermó tras el 22-M. Hay un 16,25% de alcaldesas en los municipios de más de 3.000 habitantes (10% en León), sólo una diputada provincial por tres diputados y una irrisoria presencia (6%) en las juntas de gobierno. En las cortes autonómicas la presencia de mujeres pasó del 45% al 41%. El mercado del sexo, por otro lado, está más boyante que nunca, como puso de relieve ayer en León Rosario Carracedo, portavoz de la Plataforma por la Abolición de la prostiución en la jornada de la asociación Simone de Beauvoir.

La moda de la bici pasará, pero quedará toda una generación que ha vivido bajo sus efectos y la bici ganará más espacio en la calle. El día de la bici dejará de ser una anécdota bochornosa —las instrucciones de la Concejalía de Educación y Deportes aconsejaban llevar una equipación propia de los años 50 y todo eran prohibiciones— y la igualdad entre hombres y mujeres seguirá avanzando a pedaladas. Con buena salud.

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