Diario de León

gabón

el último edén que conserva áfrica

si alguna vez existió el paraíso terrenal, ese lugar mítico debió de parecerse mucho a este país, una maravilla de la biodiversidad conocida como el «último Edén» de África por la gran riqueza natural de sus selvas tropicales

Foto facilitada por Parques Nacionales de Gabón que muestra a dos elefantes ocultos en la junga en el Parque Nacional de Luango.

Foto facilitada por Parques Nacionales de Gabón que muestra a dos elefantes ocultos en la junga en el Parque Nacional de Luango.

Publicado por
pedro alonso
León

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En esta nación de la Cuenca del Congo, segundo pulmón verde del planeta después de la Amazonía, nada menos que el 85% del territorio (267.667 kilómetros cuadrados) está cubierto por junglas casi vírgenes donde miran al cielo 1.000 especies de árboles. Ya hace nueve años, el entonces presidente de Gabón, Omar Bongo Ondimba (1935-2009), todo un paradigma del nepotismo y del gobernante corrupto, hizo un sorprendente anuncio que concitó el elogio unánime de la comunidad internacional: la creación de una red de trece parques nacionales que ocupan el 11% del país. En porcentaje de área protegida, sólo un país, Costa Rica, puede presumir de tener más reservas, aunque el tamaño total de los parques costarricenses es inferior al de los parques gaboneses.

Miles de elefantes, cocodrilos, hipopótamos, gorilas de montaña, chimpancés pigmeos, panteras, leopardos, tortugas laúd, búfalos y...¡hasta ballenas!... pueden verse en esos espacios protegidos. La joya de la corona del tesoro natural de Gabón es, sin duda, el Parque Nacional de Loango (suroeste), entre los lagos Nkomi y Ndogo, donde bosques, ríos, sabanas, pantanos y el Océano Atlántico componen una delicia paisajística de 1.550 kilómetros cuadrados.

Loango es conocido también como la «tierra de los hipopótamos surfistas», por la tendencia de esos paquidermos a bañarse y esquivar las olas en sus playas de aguas inmaculadas. Más pequeño, menos espectacular pero igualmente interesante resulta el Parque de Pongara, adonde puede accederse en barco por el estuario del río Komo desde la cercana capital gabonesa, Libreville. «Es el único sitio del mundo donde pueden encontrarse búfalos a once kilómetros de una ciudad», asegura ante un grupo de periodistas extranjeros Eric Ogowet, conservador del Parque de Pongara, que alberga numerosas especies protegidas, como el cocodrilo «enano».

«Cuando sube la marea, aquí acuden cocodrilos», explica Ogowet en plena selva, mientras una reportera irlandesa frunce el ceño, resopla y responde: «creo que voy a cambiar mis planes de baño».

Como recuerdan los responsables del Parque de Pongara, no todo es idílico en el «último Edén» de África, pues acechan peligros como la caza furtiva, que suele colocar en el punto de mira al elefante. «Es un animal protegido en Gabón», subraya Ogomet, en tanto que el director de comunicación de la Agencia de Parques Nacionales, Omer Ntougou, precisa que existen 30.000 elefantes en Gabón, el mayor grupo de África Central. «Tenemos —cuenta Ntougou— muchos problemas con cazadores furtivos que vienen de Camerún para matar elefantes y llevarse el marfil». Para luchar contra los furtivos, que a veces usan armas de guerras civiles africanas, el Gobierno ha encargado la formación de la «brigada de la jungla», integrada por 240 soldados. Asimismo, la ONG estadounidense Wildlife Conservation Society (WCS), presente en el país desde 1985, advierte de que otra amenaza para los ecosistemas es la deforestación que puede provocar la aspiración de Gabón de convertirse en una economía emergente. «A medida que se descubren nuevas fuentes de minerales, petróleo y gas —sostiene la WCS—, se intensifica el conflicto entre la explotación de esos recursos para beneficio económico y la necesidad de proteger lugares de increíble importancia conservacionista».

De momento, «la tasa de deforestación anual es del 0,01%, que es muy baja», argumenta Etienne Massard, asesor especial para cambio climático del presidente gabonés, Ali Bongo Ondimba, hijo del viejo Omar Bongo.

A fin de preservar su biodiversidad, Gabón prohibió en el 2010 la exportación de madera, si bien Bongo pretende potenciar el ecoturismo para atraer —antes del 2020— a 100.000 visitantes a una nación con una población de escasamente 1,5 millones de personas. En opinión del secretario ejecutivo de la ANPN, Lee White, el país, que actualmente recibe unos 25.000 turistas anuales, afronta el «desafío clave» de desarrollar la industria turística «sin arruinar su naturaleza salvaje». Hasta que lleguen las hordas de turistas que ansía el Gobierno, el secreto de la magia de Gabón quizás resida en que es todavía -—omo dice Charlene Ampandi, de la Agencia de Promoción de Exportaciones (APEX)— «el paraíso desconocido de África».

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