Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Es muy difícil, para un modesto cronista, decir algo nuevo que pueda resultar original sobre los comentarios y calificativos que ha protagonizado la incomparable angostura que el río Cares mantiene en un trayecto de unos once kilómetros. Escritores de muchas campanillas, poetas de relieve, fotógrafos relumbrones, reporteros nacionales... Todos coinciden en resaltar la agresiva belleza de un reducto natural único, donde la Divina Garganta, desbocada en su irrefrenable carrera de obstáculos, hace vibrar las demás gargantas en exclamaciones incontenidas de asombro, admiración y estupor.

Pero de entre tanto erudito, acostumbrado a manejar la pluma con la soltura y fortuna de los primeros espadas, hemos querido, sin embargo, la humilde aportación de un riañés, Olegario Díaz Caneja, que en su libro «Las Bellezas de la Montaña de Riaño», describía la Garganta del Cares de la manera siguiente: «El río sigue su marcha brutal, por una cauce bruñido que se pierde en el abismo. Por allí había antes una senda engañadora e increíble, que para salvar el precipicio, tenía escalones excavados en la roca y unos pasadizos de duendes para cruzar el río por un vacío espeluznante y amenazador. Hoy existe ya una senda bien trazada, abierta en la peña a fuerza de dinamita, y se cruza el río y se salta sobre el abismo por unos puentes fantásticos que son una obra de arte y de ingeniería».

tracking