Cerrar

Publicado por
a. azpiroz
León

Creado:

Actualizado:

La posibilidad de corroborar la existencia de vida fuera de la Tierra dio esta semana un nuevo paso. Según las imágenes captadas por el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Vía Láctea cuenta con miles de millones de planetas rocosos situados en zonas habitables en torno a enanas rojas. De estos, al menos cien se situarían en las proximidades del Sistema Solar. Estos datos se han recabado en la primera medición que se realiza sobre la posible existencia de planetas similares a la Tierra en la órbita de este tipo de estrellas, que suponen el 80% de las que existen en la Vía Láctea. Las enanas rojas son más débiles y frías en comparación con el Sol, pero a la vez son mucho más comunes y longevas.

Este nuevo hallazgo ha sido fruto del trabajo de un equipo internacional de la ESO —la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo— que ha estudiado las observaciones mediante el espectrógrafo Harps (Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión, en sus siglas en inglés) desde el observatorio chileno de La Silla. «Nuestras nuevas observaciones con Harps implican que, alrededor del 40% de todas las estrellas enanas rojas tienen una súper-Tierra —planeta con una masa entre 1 y 10 veces la de la Tierra— orbitando en su zona de habitabilidad, una posición que permite la existencia de agua líquida sobre la superficie del planeta», aseguró el jefe del equipo Xavier Bonfils. «Dado que las enanas rojas son tan comunes, la conclusión es que hay decenas de miles de millones de planetas de este tipo sólo en nuestra galaxias», concluye Bonfils.

Las observaciones, realizadas a lo largo de seis años por el Harps, han descubierto nueve súper-tierras girando alrededor de 102 enanas rojas. Teniendo en cuenta la existencia de 160.000 millones de este tipo de estrellas solo en la Vía Láctea, la existencia de planetas similares a la Tierra se multiplica exponencialmente. Por el contrario, los planetas gigantes similares a Júpiter y Saturno son menos comunes de lo esperado.

De entre todos los mundos hallados uno llama especialmente la atención a los astrónomos. Se denomina Gliese 667 Cc. Según la ESO, y aunque cuenta con una masa cuatro veces superior a la de la Tierra, «es el más parecido a nuestro planeta y casi con total seguridad cuenta con las condiciones adecuadas para la existencia de agua líquida».