Diario de León

la vida de un genio

Albert Einstein: un legado universal

La Universidad Hebrea de Jerusalén lanza un avanzado archivo en Internet con todos sus documentos personales y obras científicas

Fotografía de archivo de Albert Einstein, quien revolucionó la ciencia del siglo XX.

Fotografía de archivo de Albert Einstein, quien revolucionó la ciencia del siglo XX.

Publicado por
Elías L. Benarroch
León

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En un afán de «universalizar» el legado que dejó en sus manos Albert Einstein, la Universidad Hebrea de Jerusalén archivará en Internet todos sus documentos personales y obras científicas.

El archivo digital, que puede ser visitado en www.alberteinstein.info , muestra a «un genio (en su faceta más) humana», según el presidente de la Universidad Hebrea, Menajem Ben Sasson, quien destacó que este proyecto trata de «universalizar el conocimiento».

«Expone su trabajo, su escritura y las correcciones que hacía a mano», explicó, en rueda de prensa, sobre las alrededor de 7.000 páginas que ya han sido subidas a la Red y están clasificadas por materias: relaciones con la Universidad Hebrea, trabajo científico, vida personal, vida pública y el pueblo judío.

El objetivo es colgar en la Red toda la obra, documentos personales y correspondencia de un hombre que revolucionó la ciencia del siglo XX con teorías, como la de la relatividad, que siguen en pie hasta el día de hoy.

«Lanzamos un proyecto que nos permite exponer al público los tesoros del conocimiento. Einstein dejó el archivo para darlo a conocer al mundo y lo hacemos de la mejor manera posible: en la Red», subrayó Ben Sason.

Entre los papeles del científico, una carta de los años cuarenta al palestino Azmi El-Nashashibi, editor del periódico El Falastin , en la que propone una original solución al conflicto entre árabes y judíos. También está una carta a la comunidad judía de Berlín en la que explica las diferencias entre la «religión judía» y el «nacionalismo judío», un discurso sobre recaudación de donaciones para el movimiento sionista, y sus relaciones con la Universidad Hebrea, que él ayudó a fundar entre 1918 y 1925.

El físico Hanoch Gutfreund, presidente del Comité Académico de los Archivos de Albert Einstein, explicó que la relación del científico con la Universidad fue «muy profunda». De hecho, con sólo teclear en el buscador el nombre de la institución jerosolimitana salen a la luz más de 5.000 referencias.

Cartas ‘picantes’

Una cifra parecida de páginas de las que son publicadas sobre su vida y correspondencia personal, con picantes cartas a sus amantes, faceta menos conocida del científico judeo-alemán.

En este último caso se trata de una correspondencia publicada por primera vez en el 2006, veinte años después de que falleciera la hija que su segunda esposa tenía de un anterior matrimonio.

Hasta finales del 2012 serán subidos al nuevo sitio de Internet unas 80.000 páginas, en una iniciativa en la que participan la editorial de la Universidad de Princeton, que publica en papel los trabajos del investigador fallecido en 1955, y el Einstein Papers Project (EPP) del Instituto Tecnológico de California, que los edita.

Ambas instituciones académicas estadounidenses, así como las asociaciones de amigos de la Universidad Hebrea y las distintas embajadas de Israel se han sumado al lanzamiento del nuevo sitio con actos públicos por todo el mundo para festejar la «democratización» de este legado, en palabras del filántropo británico Leonard Polonsky.

Veterano de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Polonsky aludió la capacidad destructiva de la humanidad y el incalculable daño causado al saber por guerras y todo tipo de inclemencias. «Nadie habla nunca de lo que ocurrió a las bibliotecas de Hiroshima y Nagasaky (arrasadas por sendas bombas atómicas en 1945)» y mencionó también el fuego que en el siglo I acabó con la mayor sede del saber del mundo antiguo: la biblioteca de Alejandría.

Para él, éste y otros proyectos de digitalización que apadrina —el otro más conocido es la obra de Isaac Newton—, lo que buscan es neutralizar esa capacidad de destrucción que ahora «es más grande, pero ya no existe la posibilidad (de destruir el saber). De eso va todo esto», sentenció.

Gutfreund matizó que a partir de ahora los internautas podrán visualizar, leer y analizar todos sus documentos, pero no descargarlos porque los derechos de la propiedad intelectual siguen perteneciendo a la Universidad.

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