Diario de León
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enrique vázquez
León

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Sin que se sepa muy bien por qué —aunque se puede argumentar con la evolución del escenario regional y el programa de sanciones— flota en el aire una especie de difusa esperanza de que la negociación en Estambul entre el G-5+1 e Irán podría dar algún resultado positivo.

Al coro de especulaciones en esta dirección se unían en The New York Times dos reputados especialistas, Mark Hibbs y Ariel Levite. «Recientes desarrollos permiten ser cautelosamente optimistas», escriben. Los hechos son conocidos: el Irán desarrolla un programa nuclear oficial y al que tiene derecho en cuanto que firmante del Tratado de No Proliferación pero al que algunos medios atribuyen una dimensión militar oculta, la voluntad de dotarse de armas atómicas.

Es curioso que los autores citados mencionen como uno de sus argumentos la fetua del Guía de la Revolución, Alí Jamenei prohibiendo como un pecado poseer armas nucleares. Su reiteración al respecto ha llamado la atención. Aunque los encuentros de enero del 2011 no tuvieron éxito, las partes no rompieron el compromiso de seguir hablando y lo de Estambul ahora es, técnicamente, la reanudación del diálogo que por el lado iraní encabeza Said Jalili y por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania, la jefa de política exterior de la UE, Catherine Ashton. Es útil saber que Jalili tiene una posición clave: jefe del Consejo de Seguridad Nacional iraní, directamente bajo la autoridad del Guía, de cuya oficina él fue director general.

La negociación se reanuda cuando se da por hecho que Israel no bombardeará las instalaciones iraníes porque, para decirlo sucintamente, Washington ha dicho que no apoya tal decisión. El duelo Obam-Netanyahu se ha saldado con un verdadero veto de facto al plan israelí presentándolo hábilmente como políticamente contraproducente, militarmente inútil y moral-mente condenable. Los iraníes tal vez lo saben mejor que nunca si, como se ha escrito, el primer ministro turco, que estuvo en Teheran hace dos semanas, pasó a Alí Jamenei un mensaje de Obama según el cual Irán podrá tener y mantener un programa nuclearsi permite su vigilancia internacional

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