Diario de León

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Esta dieta sí que es sana

Algunos son verdaderos sibaritas, otros voraces carnívoros. En el zoo de Madrid conviven diferentes especies que consumen 500.000 euros al año en comida

Dos osos juegan en el Zoo de Madrid.

Dos osos juegan en el Zoo de Madrid.

Publicado por
Elena Sánchez Laso
León

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El zoo de Madrid, un centro pionero en Europa en estudios nutricionales para los animales más «emblemáticos», reparte alrededor de mil toneladas anuales de alimentos entre sus 7.000 ejemplares, muchos de ellos auténticos «sibaritas» como el koala o el oso panda.

Los koalas, animales muy exquisitos, sólo comen brotes de eucalipto recién cortados, por lo que cada semana la despensa recibe, 90 ramilletes de eucalipto de diez especies distintas en camiones refrigerados desde Huelva, señala el responsable de gestión de alimentos del Zoo y veterinario, Enrique Sáez. Son animales «caprichosos» asegura Sáez, en cada ingesta hay que ofrecerles al menos tres especies diferentes de ramas de eucalipto para que vayan eligiendo los brotes que ese día les parezcan más suculentos.

En cuanto a los osos panda su alimentación herbívora, se basa en engullir grandes cantidades de bambú ya que un macho con un peso cercano a los 150 kilos, necesita una media diaria de 50 kilos de bambú de especies diferentes. Unas veces sólo comen las hojas tiernas y otras las cañas dependiendo de su estado fisiológico o simplemente de la estación en la que estén, por eso cada quince días se reciben entre 1.500 y 2.000 kilos de bambú, subraya el veterinario.

En este sentido, Sáez lamenta la ausencia en el Zoo de otro animal emblemático, el ornitorrinco, animal muy difícil de mantener en cautividad debido a su fisiología complicada y al desconocimiento que se tiene sobre su alimentación.

El Zoológico de Madrid, con un presupuesto anual de 500.000 euros en este capítulo, consume 33 toneladas al año de carne repartidas entre venado, ternera, caballo y pollo que, con 18 toneladas al año, es la carne favorita.

Para la alimentación de los carnívoros, un león necesita cinco kilogramos diarios de carne, se tiene en cuenta la relación magro-grasa pero no se busca la pieza más exquisita, asegura el veterinario. «No tiene sentido, ya que los animales no distinguen entre falda y solomillo y además un solomillo no es la pieza más nutritiva del animal».

En cuanto al pescado y marisco, con un gasto 48 toneladas al año, requiere un nivel de calidad muy exigente similares a los de Japón, ya que cuando el pescado no es muy fresco se dispara el nivel de histamina (tóxicos que se generan en la descomposición de los peces), por eso el que se usa es sometido a diversas analíticas bacteriológicas.

Los pescados más habituales que conforman la dieta, arenque, espadín y capelín, congelado en alta mar y proveniente de diferentes caladeros del Mar del Norte, son analizados para averiguar el tiempo de almacenado con la consiguiente pérdida de calidad que conlleva.

La fruta y verdura, 269 toneladas al año, se compra 2 ó 3 veces por semana a proveedores nacionales, en un intento por obtener las mejores partidas de género dentro de una rentabilidad económica, aunque nunca se supedita el dinero a la salubridad del alimento, matiza Sáez.

Cabe destacar las 90 toneladas al año de manzanas y zanahorias, las 50 toneladas de acelgas y puerros, las 16 toneladas de lechugas o las 45 toneladas de pienso destinadas a los rumiantes Como dato curioso figuran los 6.000 kilos de pollitos congelados, los 250 kilos de pipas de girasol, las 900 docenas de huevos y los 2.000 litros de leche.

Las serpientes, tortugas y arañas comen grillos, cucarachas, pollitos de un día o ratones muertos porque aunque en la naturaleza son predadores en el recinto se intenta modificar la pauta de comportamiento de caza de cara al público. «La sociedad no está preparada para ver como un animal engulle a otro, en casos muy particulares (las serpientes necesitan para alimentarse estímulos) se hace cuando no hay público», subraya Sáez.

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