A pescar en ríos revueltos
Tener la escopeta cargada no quiere decir que haya que disparar necesariamente. Los buenos cazadores sólo lo hacen cuando tienen el objetivo a tiro. Pero siempre llevan su arma a punto. Se trata de tenerlo todo preparado y dispuesto para aprovechar la oportunidad cuando se presenta... si es que se presenta. En estos días, los expertos en Bolsa no dejan de mirar y remirar los gráficos de los índices y de los grandes valores. Es un momento especialmente crítico. Casi todos los analistas pronostican más caídas en el índice Ibex 35, que puede buscar la zona de los 6.700 puntos. Consideran que, si el mercado alcanza esos niveles (ya se encuentra en mínimos de los últimos tres años), los inversores podrían aprovechar la ocasión para comprar buenos títulos a precios baratos. Según los analistas técnicos de Citigroup, el primer nivel de soporte realmente sólido se encuentra en los mínimos que se tocaron en el ejercicio 2009, es decir precisamente en esos 6.700 puntos.
El potencial de caída de la Bolsa aún no se ha agotado. Eso parece claro. No existen razones fundamentales para un rebote. Tan sólo técnicas, derivadas del elevado grado de sobreventa que presenta actualmente la mayor parte de los valores. Mientras los mercados presionen a España es difícil que la Bolsa se recupere con cierta solvencia. Los inversores internacionales penalizarán a España mientras no empiecen a ver crecimiento económico y no vean resultados en la lucha para reducir el déficit.
La estrategia de cortísimo plazo para los que apuesten por un rebote alcista en los mercados del Viejo Continente podría pasar por reducir posiciones y vender títulos de EEUU, —cuyos índices se encuentran en máximos de varios años—, y apostar por valores europeos más baratos y con mayor potencial de subida. La estrategia podría pasar, por tanto, por aprovechar los excesos bajistas del corto plazo para ir haciendo cartera con la vista puesta en el medio y largo.
Nadie olvida que las grandes caídas de las bolsas suelen ser buenos momentos para comprar acciones. Los valientes y los pescadores en ríos revueltos suelen ganar dinero en estas tesituras. Pero la impresión general es que conviene extremar las medidas de prudencia y conviene centrarse en los «blue chips». Nada de morralla. Se trata de apostar por compañías muy diversificadas, con balances saneados y reducido endeudamiento. El encarecimiento y la escasez de la financiación deja a las empresas con más deuda en una situación de mayor precariedad.
El mercado mira con ojos golosos hacia Telefónica. Una empresa que sufre por el enfriamiento de la actividad económica en España, pero que sigue creciendo a buen ritmo en otros países a los que apenas ha afectado la crisis. Incluso con la última reducción del dividendo, la rentabilidad del valor es elevadísima. Y el potencial de revalorización a medio y largo plazo de sus acciones es grande... aunque en el día a día los árboles no dejen ver el bosque.