De comprar una pegatina a pagar una tasa fija
En Holanda, las autopistas y autovías son gratuitas y las infraestructuras ferroviarias son responsabilidad de empresas estatales.
Circular por los más de 2.100 kilómetros de autopistas austríacas exige la compra de una viñeta, una pegatina que debe adherirse al parabrisas de cada vehículo y que tiene distintos tipos de tarifa según su duración.
En Suiza, las autopistas se financian a través de un pago único al año, por medio de una viñeta que cuesta 40 francos suizos (33 euros), pero desde hace un par de años el Gobierno viene barajando el aumento de su precio hasta los 100 francos (83 euros).
La mayoría de las infraestructuras en Grecia han sido construidas y mantenidas por empresas estatales hasta los últimos años, cuando comenzó a aplicar modelos mixtos o totalmente privados.
Los vehículos particulares que circulan por las autopistas, autovías y algunas carreteras de primera categoría de la República Checa están sujetos a una tasa fija anual de 36 euros, y los vehículos de más de 3,5 toneladas pagan un peaje que se cobra electrónicamente según la frecuencia y la duración del trayecto.
En Hungría, el tránsito por los 708 kilómetros de autopista está sujeto al pago de peajes que varían según el tiempo de uso (semanal, mensual o anual) y del tipo de vehículos, y los precios varían entre los 10 euros que pagan los automóviles por una semana y los 828 euros, en el caso del peaje anu