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Publicado por
fernando mañueco
León

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El nombre es llamativo y, desde luego, evocador de aquellos viejos monstruos que acechaban a los niños en la oscuridad de sus habitaciones. El mercado financiero, a pesar de su frialdad y de su aparente impersonalidad, ha utilizado siempre denominaciones curiosas e incluso divertidas para algunos de sus activos. Por ejemplo, bonos matador (España), bonos carabela (Portugal), bonos Rembrand (Holanda), bonos samurai (Japón), bonos yankees (Estados Unidos). Todos son títulos vendidos en un país por emisores de otra nacionalidad.

Reciben un nombre llamativo, precisamente, para identificar ese país. Matador es por tanto la denominación que tenían los bonos internacionales emitidos —antes del nacimiento del euro— en España y en pesetas por empresas o instituciones internacionales. Últimamente se ha hecho popular la calificación de ‘bonos basura o ‘bonos chatarra’, que se corresponden con los peores ‘ratings’ que otorgan las agencias de calificación de riesgos, como Standard and Poor´s, Fitch o Moody´s.

Ahora llegan los ‘cocos’. Duérmete niño que viene el coco y te comerá, decía la canción infantil. Seguramente a ningún niño le resulta fácil dormirse con esta amenaza. Los ‘cocos’ también intranquilizan a los adultos en los mercados financieros. Al final, el Estado ha nacionalizado Bankia, mediante toma del control de su matriz, el Banco Financiero y de Ahorros, BFA. Hay que esperar ahora una ampliación de capital y/o una emisión de «cocos», que serían suscritos por el FROB con un coste financiero anual del 8%. Han vuelto a salir a la palestra, por tanto, los bonos cocos, los contingent convertible bonds . Los cocos son un préstamo, no una ayuda pública, por lo que no computan como déficit público y sí como deuda del Estado. Porque el Estado se ha convertido en accionista de referencia de Bankia, al igual que de Unnim, Catalunya Caixa y Novacaixagalicia.

La Autoridad Bancaria Europea exige actualmente el 9%. Cabe esperar que sean muy utilizados por bancos y cajas para cubrir sus necesidades de capital- Por tanto, los cocos son activos creados para situaciones de emergencia, para situaciones especiales.

Los expertos consideran que conviene pasar la lupa dos veces sobre estos activos, antes de invertir en ellos. Siempre hay que saber qué es lo que se compra y en qué se invierte, pero con mayor razón en este tipo de activos. Algunos analistas consideran que los cocos, al igual que las acciones preferentes, aúnan en su seno lo peor de la Renta Variable (mucho riesgo), con lo peor de determinadas emisiones de Renta Fija (escasa liquidez). Lo que está claro que para ser atractiva, una emisión de ‘contingent convertible bonds’ debería ofrecer una rentabilidad claramente superior a la de otros bonos o títulos de renta fija.