Mucho más que televisiones

Dice Rafael Pampillón, catedrático de Economía Aplicada, que no hace falta más que un vistazo a la estructura de autonomías y ayuntamientos para darse cuenta de que hay mucho donde ‘rascar’. «Televisiones, suministro de aguas, empresas de vivienda, consorcios, fundaciones, sociedades de gestión deportiva..., mucho que cerrar porque no sirven», apunta.

Declaraciones políticas aparte, poco se ha hecho en ese sentido en las administraciones territoriales, si acaso la apertura de servicios hospitalarios a la gestión privada en las regiones más acuciadas por el déficit (Comunidad Valenciana). En Madrid, la ‘joya’ es el Canal de Isabel II, del que se quiere privatizar una parte. Y Cataluña pretende recaudar 1.800 millones de euros, sobre todo con operaciones inmobiliarias, pero su plan no termina de arrancar. En el ámbito municipal, la iniciativa privada ha empezado a gestionar servicios de limpieza, infraestructuras deportivas, mantenimiento de parques y jardines, alquiler de bicletas... mientras algunos ayuntamientos estudian incluso ‘alquilar’ nombres de calles. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, ya ha aceptado patrocinadores para algunas estaciones de Metro, como la populosa de Sol.

Tampoco vamos a obligar a Grecia a vender la Acrópolis». Probablemente, cuando el ministro de Economía holandés pronunció estas palabras pretendía persuadir al pueblo heleno de que las intenciones privatizadores de la ‘troika’ (UE, BCEy FMI) que a día de hoy supervisa y casi dirige la política económica del país no eran desproporcionadas. Pero poco tardaron sus ciudadanos en constatar que el concepto de proporcionalidad no es igual allí que en Centroeuropa.