ruta romana
un paseo por astúrica
los geógrafos de la época ya hablaban de astorga como una gran región extendida hacia el mediterráneo , costa del cantábrico , ebro y hacia la futura gallaecia
Las visitas al Museo Romano y a la Ruta por Astúrica cada vez crecen más, a lo que ayudan los constantes descubrimientos.
Los esfuerzos de Ángeles Sevillano, arqueóloga municipal así como del equipo de arqueólogos, la musealización de Luis Grau y la financiación del Ayuntamiento de Astorga y de la Junta han dado sus frutos en el descubrimiento de Astúrica: la ruta romana y la presentación de una ciudad debajo de otra. Podríamos decir que Astorga es hoy el caparazón de la antigua ciudad de época romana.
Lo último, el hallazgo de la Basílica enfocándose las próximas investigaciones en el ámbito en el que ésta se encontraba. Es decir, el Foro.
El hombre que ven a su derecha es Lucio Valerio, vivió en la Astorga romana, de profesión augur. Dedicaba su vida a adivinar el futuro mediante el vuelo de las aves y las entrañas de los animales. A su espalda la imagen de Astúrica en lo alto de un cerro, el vuelo de los pájaros de fondo y el cielo en color rojo pompeyano. Ésta es la nueva imagen corporativa de la Ruta Romana de Astorga.
Cuando comienzan las primeras hipótesis sobre la ciudad de Astorga, poco se sabía acerca de su urbanismo, y que éste fuera ordenado, fue una posibilidad que apuntó Manuel Gómez Moreno a principios del siglo XX y a quien en el mundo de la arqueología, las artes y la historia tanto debemos.
Por este cargado concepto de cosmopolitismo, Astorga es declarada Conjunto Histórico Artístico comenzando en 1984 las excavaciones arqueológicas, y hasta el día de hoy mas de 150 solares romanos han sido descubiertos.
Nos remontamos, para comenzar esta andadura por la historia de Astorga, al año 27 a. C cuando el emperador Augusto firma un acuerdo con el Senado por el que se convierte a la Tarraconense en provincia imperial, y al igual que sucede en la actualidad, estas zonas se sostenían gracias al crecimiento de ciudades.
Los geógrafos de la época, Estrabón o Plinio el Viejo hablan del considerable tamaño de Tarraconensis, que se extendía por el valle del Ebro, parte del Mediterráneo, costa del Cantábrico hasta la futura Gallaecia.
El nacimiento de Astúrica o Astorga se da hace mas de dos mil años, como emplazamiento del campamento militar Legio X Gemina. Esta era una legión romana reclutada hacia el 70 a. C al norte de Italia como defensa de la provincia. Y debió tener prestigio militar, pues se sabe que contaban con unos 70. 000 efectivos.
En el año 27 a. C, 43 años después de su formación, esta legión fue trasladada a Hispania Tarraconensis para participar en las Guerras contra cántabros, astures y galaicos. Entre otras, participaron en la batalla que venció a los astures en el invierno del año 25 a. C en nuestra famosa ciudad de Lancia (Villasabariego, León). Y finalizada esta guerra, se mantuvieron en Astúrica Augusta (en los albores del 19 a. C), colaborando en el proceso de urbanización de la ciudad. Su buena posición estratégica explica el emplazamiento. Astorga que se sitúa en lo alto de un cerro entre los Montes de León y la Vega del Páramo, y entre los ríos Jerga y Tuerto.
La ciudad comienza a nacer administrativa y jurídicamente a raíz de la extracción de oro de las Médulas. Pero no sólo eso, Astúrica Augusta, o la «Ciudad Magnífica» (Urbs Magnifica) de la que Plinio hablaba en sus escritos allá por el siglo I, fue también un centro neurálgico de la comunicación con el resto de Hispania, salían carreteras a Mérida, Braga, Zaragoza, la Ruta de la Plata...
El amurallamiento de las ciudades era uno de los principales asuntos de los romanos. «Esta es mi ciudad y la amurallo» cuenta Sevillano.
Con la pax augusta éstas se redujeron, aunque volvieron a activarse con las intrusiones de los pueblos invasores del norte.
En Astorga crearon dos medios de protección, uno artificial, y el otro natural.
Las murallas que hoy se conservan y que recorren la ciudad son del siglo IV, tuvieron que ser construídas en un momento de debilidad, los pueblos bárbaros del norte ya acechaban con invasiones y la crisis del final de imperio era cada vez más patente. Para su construcción «cogieron todo aquello que tenían a mano, y entonces nos encontramos un miliario que marca la milla 1 y que utilizaron como salvarruedas» explica Ángeles Sevillano.
En cuanto al método de defensa natural, se creaba por su posición en el cerro un foso en uve, con pozos y estacas de madera con la punta afilada para dificultar el paso de los invasores.
Al igual que todas las ciudades romanas, en Astorga hay dos vías principales que la recorren: cardus y decumanus -de norte a sur y de este a oeste, respetivamente-. Mientras en la gran mayoría de urbes romanas el ‘foro’ (el centro de la ciudad, allí donde desarrollaba el comercio, la política, la religión, la justicia...) se encontraba en el cruce de estas dos vías principales, aquí, en Astorga, lo encontramos algo alejado, donde hoy se encuentra la plaza mayor, y debió de ser grande, puesto que ocupa unas tres hectáreas. Este dato no es extraño, puesto que el foro, al ser el lugar más importante de la ciudad, los romanos asturicenses debieron de querer levantarlo en la parte más alta de Astorga.
Este foro asturicense es una zona de la ciudad limitada toda ella por un pórtico columnado, que guarda en su interior una zona elevada por una escalinata - hablamos de un recinto probablemente sagrado-. Y aquí es donde encontramos la famosa y comúnmente conocida como Ergástula , que según los expertos debió de ser una construcción semisubterránea, cuya función era la de sobreelevar el templo para hacerlo más imponente.
Al ser el mejor conservado, vivió muchos avatares en el tiempo, y fue finalmente comprado por el Ayuntamiento, para el museo.
A la entrada del foro, encontramos el llamado Aedes Augusti , «el lugar en el que se reunía la curia de la ciudad para los asuntos políticos».
Uno de los últimos descubrimientos es la basílica. Su importancia está marcada por los suelos en mármol y la cabecera absidiada. Pero lo impactante es la magnitud de su tamaño, tuvo entonces que formar parte de algo mucho más grande, y en esto es en lo que centrará Mª Ángeles Sevillano sus próximas investigaciones.
Además del foro, otro de los puntos importantes en la civilización romana, era el sentido de la higiene, y éste tenía lugar en las ‘termas’, que «en realidad es el origen del spa» o del balneario, que actualmente conocemos, asegura Sevillano. En Astorga había dos, las mayores y las menores. Las Termas Romanas, eran tanto para hombres como para mujeres (aunque con diferente horario), y no tenían el sentido estricto e íntimo que hoy concebimos, sino que en ellas se creaba un lugar de reunión donde se discutía de todo lo que tuviera que ver con la ciudad, desde negocios hasta política.
La construcción de estos baños públicos data del 50 d. C. y para su higiene pasaban por un proceso desde las zonas más frías hasta las más calientes y así se sumergían primero en el frigidarium , después en el tepidarium y por último en el caldarium , de aguas frías, templadas y calientes respectivamente hasta llegar a lo que hoy sería la actual sauna, que para ellos era el sudatorium .
¿Cómo calentaban entonces el agua sin electricidad? Disponían de unos depósitos metálicos que contenían plomo y que mediante el fuego provocaban humos que pasaban por torretas de ladrillo. Sin embargo, en la sauna estos conductos rodeaban toda la habitación, desde los suelos a las paredes, y así provocaban este calor mucho más húmedo. Estas salas de baños se solían decorar con frescos, mosaicos o mármol. En las saunas se han encontrado sandalias con suela de madera, debido a que los suelos quemaban. «También en estos baños había quien daba masajes», asegura la arqueóloga, por eso su cercana relación con el spa actual. Y «luego se limpiaban los aceites con ‘strigile’, un objeto metálico de forma ondulada que se pasaban por el cuerpo», cuenta Sevillano.
Hasta el momento se han encontrado unas diez casas asturicenses y todas ellas destacan por la calidad de su decoración. Están realizadas en piedra y tienen pavimento de mosaico, opus teselatum , aunque ya está apagado por el paso del tiempo sobre ellos, pero también valían para que los visitantes pudieran valorar la riqueza del hogar, las posibilidades económicas de la familia. Se trata de pequeños cubos cortados al milímetro en diferentes colores y tonos. Otro tipo de suelo que encontramos es el opus sectile , que quizás sea el mas parecido a los actuales. Estas casas debían de ser de personajes importantes de la ciudad, una incluso tiene unas termas domésticas. En Asturica podemos encontrar los suelos una Alegoría del Otoño , donde la calidad del trabajo nos sirve incluso para apreciar las especies de los pájaros. La escena de Orfeo , es la más deteriorada e intuímos que este sea el tema iconográfico por el resto de imágenes que se conservan. Sin embargo es la escena del Oso la mas famosa, el mamífero se levanta sobre sus patas traseras y a su lado debió haber un felino salvaje de grandes dimensiones.
El último objetivo para conocer la pasada Astúrica Augusta, son las cloacas, los males del paso del tiempo y de las aguas sucias, fueron modificando sus estructuras. Las mas esplendorosas son las de los primeros siglos de era, cuando eran adienteladas, es decir, de techos planos. El canal estaba cubierto por mampostería y piedra irregular. Gracias a estas cloacas, se desviaban las aguas fecales y las sobrantes de las lluvias, y así no se estancaban en las calles.
A medida que la ciudad fue creciendo se amplió este sistema de alcantarillado, esta vez con techos abovedados y una consecuente subida de altura facilitando el paso de las aguas y el de los operarios, evidentemente.
Gracias a las cloacas además conocemos el entramado viario de Astúrica, puesto que su sistema se desarrollaba a lo largo de las calles. «En las cloacas hemos encontrado objetos interesantes, un pendiente de mujer por ejemplo. Quizás disfrutaba de las termas cuando se coló y llegó a la cloaca». Asegura Ángeles.
Pero en las excavaciones se han descubierto otras muchas curiosidades. Se sabe que bebían vino de Rodas por el análisis que se le han hecho a las ánforas. También que los militares de la Legio X calzaban las llamadas ‘calligae’, unas sandalias con pinchos en la suela. De hecho al emperador Caligula se le llamaba así por calzar estas sandalias legionarias. Han aparecido muchísimas monedas. «Algunas de éstas partidas, puesto que en ocasiones en la vida de campamento se partían dividiendo su valor- cuenta Sevillano-, también un saquito de lana con 28 monedas de Augusto, de Tiberio y una de la época de Marco Antonio». «Se han encontrado también ‘lígulas’ que son los instrumentos para limpiarse la cera de los oídos, ungüentarios – algunos incluso con restos de maquillaje-, pinzas de depilar, joyería – muchas con forma fálica, en alusión a la fertilidad-, pulseras, telares para tejer con sus agujas y un sin fín de piezas», asegura la arqueóloga.
En Astorga, por ley, siempre que se construye va el equipo de arqueólogos, puesto que la ciudad romana se encuentra dormida esperando a ser despertada. El trabajo de Ángeles Sevillano, arqueóloga municipal, de Julio Vidal Encina, arquitectos, museólogos y de soñadores como José María Luengo en los años ´50 han visto su trabajo recompensado en un museo, una ruta y una ciudad excavada como es Asturica Augusta, la Urbs Magnifica de Plinio el Viejo.
«Recomiendo la visita conjunta de la Ruta Romana y del Museo Romano ya que, si a través del itineriario guiado se tiene la oportunidad de conocer los restos de la antigua Astúrica, en el museo se exhiben los objetos que nos hablan de la vida y costumbres de las gentes que poblaron la ciudad. El conocimiento del pasado es imprescindible para generar actitudes de respeto hacia el patrimonio.» afirma Ángeles Sevillano.