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CANTO RODADO

el despertar

las mujeres van el martes a las cortes de castilla y león pero no podrán estar en la tribuna porque no hay sitio para quienes luchan por el carbón

León

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El martes se cumplen 50 días de la huelga de la minería. Y más de 50 días de lucha desde que comenzó el encierro en el pozo Santa Cruz. El desgaste se empieza a notar en los ánimos pese al subidón de moral que supuso la entrada en Madrid de la Marcha Negra con un apoyo multitudinario. Los mineros y las mineras se han convertido en un espejo para toda la sociedad.

A medida que la marcha minera avanzaba hacia Madrid el efecto multiplicador de su lucha se acrecentó. La columna negra consiguió ilusionar a una parte de la población para comenzar su propia lucha. Lo dijo muy claro Luis Óscar López Gavela, uno de los ochenta leoneses que se patearon los 500 kilómetros: «Hemos conseguido que la gente empiece a creer en sí misma y luche por lo suyo».

De no ser por los mineros y las mineras dudo mucho que la enfermería del Hospital de León se hubiera lanzado a la carretera, a la Ronda Este, a cortar el tráfico durante media hora después de las medidas anunciadas por Rajoy. Todo eso que dijo que nunca haría como la subida del IVA. Y lo que nunca dijo que haría como suprimir la paga extraordinaria al sector público y mermar las prestaciones por desempleo.

De no ser por las movilizaciones de la minería no creo que el personal de los Juzgados de León se hubiera atrevido a cortar el tráfico en la Avenida Sáenz de Miera durante la media hora del bocadillo. La sociedad está empezando a despertar. Estamos en ese momento en que nadie votó al PP. Sólo algún minero lo ha confesado soto voce .

Desgaste

Resistir durante 20 días y 500 kilómetros sobre el asfalto ha sido una hazaña. Pero la verdadera gesta es que esta movilización pacífica despierte a la sociedad, aunque haya gente que crea que los mineros son una casta privilegiada y el carbón ni falta que nos hace en la era de la hipertecnología.

Sin embargo, una huelga tan larga desgasta. A los mineros y a sus familias. Ya son dos meses sin que la nómina y muchos disfrutan de sus vacaciones mientras están en huelga. No cobran y pierden su tiempo de descanso.

La minería necesita una respuesta contundente de la sociedad leonesa. Más allá de las cuencas. Se hace raro ver que el día antes de la manifestación de apoyo a la Marcha Negra en Madrid en su última etapa, el 11 de junio, los sindicatos convocaran una movilización general contra los recortes en la capital. Cierto que al menos Arturo Fernández, el secretario provincial de UGT, y parte de su ejecutiva estuvieron en la Castellana.

Como estuvieron los alcaldes mineros. Los del PP y los del PSOE. Paco Castañón, por cierto, muy optimista sobre la solución del conflicto. Y no creo que espere nada del PP ni del Gobierno de Rajoy. Estuvieron allí el alcalde de Páramo del Sil, Ángel Calvo, las alcaldesas de Villablino, Ana Luisa Durán, y de Murias de Paredes, Carmen Mallo... El pedáneo de La Ribera de Folgoso... y muchos más.

Herrera no estuvo allí

Quien no se dejó caer por la Castellana fue algún representante del Gobierno de Herrera. La gente ya está empezando a cansarse de las buenas palabras y de la ausencia de hechos. Una huelga de 50 días se merece algo más que gestos. Sin embargo, las mujeres mineras —las que luchan codo con codo con sus maridos— no van a ser recibidas, o por lo menos no había cita el viernes, por el presidente de la Junta. Las mujeres van el martes a las Cortes de Castilla y León, pero no podrán estar en la tribuna porque no hay sitio. Ese es el apoyo que ofrece la Junta al carbón.

España, cuenca minera

Hay motivos para apoyar a las cuencas, a los mineros y a sus familias. Aunque haya motivos para reprochar la gestión que se ha hecho de los fondos Miner. La población no es culpable. Hay motivos porque España va camino de convertirse en una cuenca minera. Hay motivos porque la marcha negra, que continúa en las cuencas, lucha por un futuro blanco. Hay motivos porque los pilares de la democracia están en peligro.