Diario de León

grecia

Los neonazis toman ahora las calles

tras entrar en el parlamento griego gracias a 400.000 votos, amanecer dorado incrementa su presencia

Varios inmigrantes pakistaníes en una protesta contra la violencia racista en Nikea, en la capital griega.

Varios inmigrantes pakistaníes en una protesta contra la violencia racista en Nikea, en la capital griega.

Publicado por
andrés mourenza
León

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T ras convencer en las elecciones a más de 400.000 griegos con su discurso xenófobo y lograr una histórica entrada en el Parlamento, el partido neonazi Amanecer Dorado ha incrementado ahora su presencia en la calles, con ataques a extranjeros y amenazas a comerciantes inmigrantes.

«El sábado 23 de junio llegaron unos 30 o 35 neonazis. Algunos venían en moto y todos iban armados con palos y protegidos con cascos. Entraron en mi tienda y me dijeron: «No te queremos aquí. Este es nuestro país y no el tuyo. Vete. Tienes una semana para cerrar esta tienda», explica el pakistaní Ahmet Nadim, que regenta un videoclub en el barrio ateniense de Nikea.

Su caso no es único. Los negocios contiguos, una barbería y un colmado, regentados por inmigrantes también fueron amenazados, mientras la Policía, situada a 30 metros de donde ocurría, no intervino.

«Tengo varios alumnos que se han quejado de lo mismo. A algunos les amenazaron con prender fuego a sus negocios», asegura Katerina, una profesora que enseña griego en un centro social para inmigrantes.

«Yo tengo los papeles en regla, pago mi alquiler y mis impuestos», se queja Nadim, que lleva en Grecia 10 de sus 35 años.

La crisis, las medidas de austeridad, el elevado desempleo y la alta inmigración legal e ilegal, han servido de acicate al crecimiento de Amanecer Dorado, que se ha envalentonado por sus buenos resultados electorales: han pasado de obtener el 0,3 % en el 2009 a casi el 7 % de las últimas elecciones.

Nikea ha sido tradicionalmente un granero de voto comunista, pues no olvida la batalla que sus habitantes libraron contra los ocupantes nazis en 1944. La revuelta fue reprimida por las tropas alemanas y centenares de vecinos fueron ejecutados.

Aún hoy, más del 60 % de los sufragios del barrio van a la izquierda (Syriza y Partido Comunista, especialmente) pero Amanecer Dorado fue el tercer partido más votado en las últimas elecciones, con casi el 9 %, y desde que en mayo se inauguró la oficina local del partido neonazi, los ataques se han incrementado en el barrio.

Según Yavied Aslam, presidente de la comunidad pakistaní de Grecia, en los últimos tres meses, unos 300 inmigrantes han resultado heridos en agresiones racistas.

Un día de mediados de junio, a las seis de la mañana, el pakistaní Ghuldam Murtza acudía a su trabajo cuando lo divisaron cuatro motoristas. Cambiaron el sentido de su marcha para perseguirlo y propinarle una paliza: sufrió severas contusiones en la cabeza y le rompieron el tabique nasal.

«Si los de Amanecer Dorado se encuentran a un inmigrante solo, sobretodo de noche, lo envían al hospital. Y esto ocurre a diario, se queja a su lado Mohammed, que trabaja en el mercado del barrio.

Por ello, la semana pasada, la Unión de Trabajadores Inmigrantes y el Movimiento Unido Contra el Racismo y la Amenaza Fascista convocó en Nikea una manifestación de apoyo a los inmigrantes, exigiendo el cese de la violencia y el cierre de la sede del partido neonazi en el barrio.

Unas mil personas, en su mayoría inmigrantes pakistaníes, se congregaron bajo el lema: «Amanecer Dorado es una banda neonazi. Ni en el Parlamento ni en ningún sitio, fuera los fascistas de cada barrio».

A unos 300 metros, unos 200 militantes de Amanecer Dorado acordonaron la calle de su sede y, armados con palos y escudos pintados con el símbolo de la antigua Esparta, se apretaban en formación.

«Estamos aquí para proteger nuestra sede. Es ridículo e inaceptable que unos paquistaníes, indios y árabes se manifiesten pidiendo la ilegalización de un partido que está en el Parlamento», critica Yannis Lagos, uno de los hombres al mando y guardaespaldas habitual del líder neonazi, el exmilitar Nikolaos Mijaloliakos.

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