Sobrevivir en un campo de minas
Las acciones de Bankia han resucitado en las últimas semanas. Han ganado algunas batallas después de muertas, como el Cid Campeador. Las acciones de Bankia han llegado a cotizar a mediados de julio a poco más de 52 céntimos. En estos días han llegado a moverse por encima del euro y medio por título. Por tanto han conseguido la proeza de triplicar su precio en pocas semanas. Es una reacción lógica al fortísimo castigo sufrido en los meses anteriores. No es frecuente asistir a un espectáculo bursátil tan intenso como el que ha dado Bankia. Se ha convertido en uno de los valores que más deprisa ha caído en la historia del mercado y también es uno de los que con más violencia ha comenzado a recuperarse. Los inversores más agresivos han apostado por el valor desde hace semanas. Pero ha llegado el efecto balsámico que supone la próxima inyección de fondos europeos. El rescate del sector financiero español comenzará por Bankia. Los inversores confían en que las primeras remesas de fondos no tarden mucho en llegar. Aunque los analistas creen que esa inyección de dinero tampoco justifica cotizaciones mucho más altas.
A pesar de las últimas subidas, no están nada contentos los accionistas que compraron en la OPV y malvendieron después asustados con pérdidas de tres euros y pico por acción. Muchos han perdido cerca de un 90% de su inversión. La Asociación de Accionistas Minoritarios de Bankia confía en que la querella que ha admitido a trámite la Audiencia Nacional contra 33 ex consejeros de Bankia sirva para compensar las pérdidas de miles de pequeños inversores. Se trata de desenmarañar el ovillo y determinar qué pasó exactamente antes, durante y después de la salida Bolsa de Bankia. El peligro de las acciones de Bankia es enorme. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria ha advertido a los accionistas de Bankia y del Banco de Valencia que deberán asumir parte del coste. Bankia no podrá pagar dividendo. Además, se aproxima la fecha para la ampliación de capital de Bankia. Está prevista para el mes de octubre, por un importe de 12.000 millones de euros. Esta operación puede convertirse en nuevo lastre para la cotización del valor, por cuanto aumentará notablemente el número de acciones en circulación, con la consiguiente dilución del beneficio. Los analistas creen que la ampliación de capital, para tener éxito, deberá realizarse con un importante descuento respecto al precio de mercado. Todavía hay muchas incógnitas en el tintero, por ello lo más lógico es pensar que Bankia tardará muchos años en cotizar de nuevo al precio de la OPV... si es que llega a hacerlo. Bankia necesita 19.000 millones de euros, según los cálculos de su presidente, José Ignacio Goirigolzarri.
Este valor se ha convertido en uno de los más peligrosos de toda la Bolsa. Debe ser un coto de caza reservado única y exclusivamente a los inversores más valientes y con mayor experiencia.