Economía
Feliz verano sólo para el que pueda
El Gobierno se ha ido de vacaciones con muchas tareas pendientes y sin aclarar cuestiones como los 400 euros a los parados o la reforma energética
Cualquiera no se va de vacaciones tan tranquilo como lo hizo Mariano Rajoy en la primera semana de agosto. Y se fue poniendo la puntilla final a los siete meses de mandato: «Feliz verano, el que pueda» espetó el presidente a los informadores después de la conferencia de prensa en la que se despidió hasta septiembre y dejó en el aire la posibilidad de que España tenga que pedir a sus socios europeos un rescate económico.
La incertidumbre se ha convertido en el principal sentimiento de empresarios, parados, empleados temporales, inversores... Asignaturas pendientes que quedan para septiembre. Las familias tratan de anticipar las compras de la vuelta al cole y la reposición de bienes duraderos, con el inminente pánico ante el impacto que, desde el 1 del próximo mes, causará en sus presupuestos la subida generalizada del IVA. Las empresas energéticas, que han visto retrasada la reforma sectorial, también pasan los días en vilo. Los inversores esperan una nueva cita del Eurogrupo —encargado de activar, por decisión unánime, el fondo de rescate—, que tendrá lugar el próximo mes y servirá para concretar las condiciones requeridas para la concesión de una nueva ayuda a España y a Italia. Los expertos del Banco Central Europeo (BCE) estudiarán la compra de bonos de corto plazo e inyecciones de liquidez a la banca que está dispuesto a poner en marcha el instituto emisor. Rajoy tomará decisiones cuando disponga de todos estos datos, pero, mientras tanto, todos intentarán pasar agosto en las mejores condiciones.
Endeudamiento
La próxima subasta de deuda pública a medio y largo plazo está prevista por el Tesoro español para el 6 de septiembre. En agosto sólo habrá una colocación de títulos a corto, que nunca tienen problemas de demanda. El grueso de las necesidades, que totalizan unos 85.000 millones en lo que resta de año, se concentra en los meses de octubre y noviembre, cuando se trata de reponer del orden de 35.000 y 40.000 millones respectivamente. Pero no hay duda de lo insostenible de la situación, de prolongarse las actuales condiciones financieras. No solo debe el Estado: el Jefe del Ejecutivo cifró en 900.000 millones de euros la deuda externa de las administraciones públicas, las grandes empresas y también los débitos de pymes y familias, canalizadas a través del sector financiero. Imposible pagar los intereses y devolver el principal, así como obtener los créditos necesarios para cubrir el desfase entre ingresos y gastos. El FMI cree que España paga, por la desconfianza, al menos dos puntos porcentuales.
Agosto deL 2011 ha pasado a la historia de los mercados españoles como un mes de notables sobresaltos. En el pasado ejercicio, el Ibex-35 arrancó ese mes en 9.631 puntos, tras el severo castigo de julio, cuando el mercado se vio lastrado por la amenaza de suspensión de pagos de Estados Unidos. Si echamos la vista atrás en esta ya interminable crisis, vemos que cualquier tiempo pasado fue mejor. Lo mismo se puede decir de la prima de riesgo. Doce meses atrás se consideró una catástrofe que, por culpa de los problemas de Grecia, la española llegara a trepar por encima de los 400 puntos básicos, mientras Italia aún estaba peor. El entonces presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, lanzó el programa de compra de títulos de países vulnerables en los mercados secundarios. Un año más tarde, se percibe como un alivio el cierre de la prima en 542 puntos, tras haber escalado los 638 el 24 de julio.
Ayudas a la banca
La reconversión del sector ha sido causa de desconfianza para los inversores durante los últimos meses. El primer plan de rescate a España tiene a una serie de cajas convertidas en bancos como principales destinatarios. Pero quedan proyectos por concretar, como el que se proponen aplicar los nuevos gestores de Bankia. Además, un cuarto de millón de pequeños ahorradores se encuentran atrapados con participaciones preferentes de Bankia, Novagalicia o Catalunya Caixa, entre otras entidades, y esperan que las negociaciones les permitan recuperar al menos una parte de su dinero.
Los 400 euros
Con la congoja de no saber si dispondrán de una ayuda para seguir formándose se han quedado los potenciales beneficiarios de los 400 euros durante seis meses, un programa cuya vigencia termina a mediados de mes. El Gobierno se ha ido de vacaciones sin tomar una decisión sobre su prórroga, y los sindicatos sospechan que podría concluir sin más explicaciones.