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de león al mundo

Zapatos de altura con sello leonés para los pies de las estrellas

muchos son los famosos, desde políticos a estrellas de hollywood, que calzan un ‘masaltos’, la marca creada por este leonés afincado en sevilla cuyo diseño especial hace ganar siete centímetros de altura

Andrés Ferreras, natural de Cofiñal pero afincado en Sevilla hace dos décadas, posa en el interior de su tienda de la capital hispalense junto a algunos modelos.

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León

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Su propia experiencia personal se ha acabado convirtiendo en su forma de vida. El leonés Andrés Ferreras, nacido en Cofiñal, es el creador y dueño de www.masaltos.com , la empresa española líder en calzado de altura, es decir, en zapatos que hacen que quienes los llevan parezcan más altos.

Nada menos que siete centímetros de altura se gana con este singular calzado gracias al alza oculta en su interior. Sus bondades se han ganado la confianza de muchos rostros famosos. Desde políticos a artistas de prestigio internacional, pasando por empresarios o gente conocida en general. Se dice que los ex presidentes Nicolas Sarkozy o José María Aznar han llevado en sus pies estos zapatos, algo que no confirman desde Masaltos. «La confidencialidad es uno de nuestros emblemas», aseguran fuentes de la empresa de calzado.

Sin embargo, es sabido que Felipe González dijo una vez que José María Aznar compraba sus zapatos en una empresa de calzado con alzas de Sevilla, donde se ubica masaltos.com. Ahí es donde ellos no dan más información.

En este sentido, Ferreras señala que «a los hombres no les gusta decir a los cuatro vientos que usan nuestros zapatos porque, de alguna forma, supone reconocer que no son felices con su estatura». Y añade: «Nosotros les ayudamos a llevar mejor esa situación y parece que con éxito porque muchos de ellos nos compran con asiduidad, varias veces al año». En ocasiones son sus secretarias o sus propias mujeres las que se encargan de realizar la compra, lo que les otorga más confidencialidad. «Ese anonimato lo agradece nuestra clientela», explica Andrés Ferreras.

A pesar de que de su boca no sale ni un sólo nombre, lo cierto es que son muchos los clientes de Masaltos que son conocidos. Ellos se limitan a contestar que «hay bastantes personas famosas que no son muy altas y que no desean ser recordados por ser más bajos que la media». Sin embargo, se ha hablado de Tom Cruise, que hace unos meses estuvo rodando una película a pocos metros de la tienda masaltos.com de Sevilla, como uno de sus clientes. Ellos no lo confirman, pero tampoco lo desmienten.

Lo mismo se ha dicho del cantante puertorriqueño Marc Anthony o del ex mandatario italiano Silvio Berlusconi; mientras que Pablo Motos, el presentador del programa de televisión El Hormiguero , reconoció hace un tiempo que usaba zapatos con alzas.

«Es una lástima que los clientes no nos ayuden a publicitar nuestro calzado y vender más, pero lo tenemos asumido y lo respetamos porque el cliente manda», responden desde la empresa.

Lo que sí confirman es que los zapatos Masaltos han lucido en la alfombra roja de Hollywood. «Fue en la entrega de los Oscar el año pasado, un modelo realizado en piel de cabritilla y con pedrería de swarovski. Sentaban como un guante», aclaran fuentes de la compañía. Quien los portaba, evidentemente, es un secreto que guardan con celo.

Estos peculiares zapatos, que se conocen con el nombre de Bertulli, se diseñan en España, pero se fabrican en Italia, a donde se envían los dibujos que se realizan en esta empresa que emplea a una veintena de personas en la capital hispalense.

Todo comenzó hace casi veinte años. Andrés Ferreras sufrió una lesión deportiva que le obligó a utilizar alzas. Entonces vivía en Alemania y a su regreso a España, en 1993, decidió unir en una empresa dos conceptos aprendidos allí: vender este nuevo concepto de calzado especial y utilizar, al mismo tiempo, las buenas prácticas adquiridas sobre la gestión del comercio a distancia, en aquel entonces poco conocido aquí.

Del catálogo a Internet

Los comienzos no fueron fáciles. Empezó vendiendo por catálogo, un sistema en el que nadie creía entonces y ahora Masaltos.com, con sede en Sevilla, es uno de los portales más veteranos del país en comercio electrónico, gracias al cual vende en los cinco continentes y su oferta supera con creces la de cualquier tienda tradicional, según aseguran ellos mismos.

En la actualidad, su facturación rebasa el millón de euros y su crecimiento ha ido más allá del 12% en los últimos años.

Ferreras también vive en Sevilla pero confiesa que lleva a León en su corazón. «Mantengo mis raíces, el carácter leonés y el cariño por mi tierra». En Cofiñal tiene una casa, familia y amigos y suele venir dos o tres veces al año. «Disfruto paseando, encontrándome con la gente de siempre y recorriendo la montaña. Los Picos de Europa son algo mágico, siempre me traen recuerdos entrañables», relata el empresario leonés a este periódico.

De aquí tiene muchos recuerdos, «todos envueltos en el afecto de las personas de Cofiñal, un pueblo singular de la alta montaña leonesa», matiza. Entre ellos, la vez que ‘birló’ al recién llegado sacerdote de su pueblo un paquete de cigarros celtas cortos. «Me pilló in fraganti, lo difundió en el tradicional sermón de los domingos y, a partir de entonces, la gente pasó a llamarse ‘chiri’. «Esa travesura aún hoy me la recuerdan, con una sana sonrisa, algunas personas ya mayores», explica Ferreras.

Ahora su vida transcurre en la capital andaluza, a donde se trasladó cuando vino de Alemania —allí se licenció en Ciencias de la Educación en la Universidad de Bremen—. En Sevilla tiene una tienda-exposición, aunque la mayor parte del negocio es on-line. «Tenemos un modelo muy optimizado, con entrega a domicilio en 24-48 horas». A cualquier parte del mundo envían sus más de cien modelos de zapatos con precios que parten de los 85 euros. «Repercutimos los ahorros que te permite la tienda en Internet en el precio final al cliente.

Para Ferreras, la Red tiene una importancia vital a la hora de desarrollar su negocio. «Nuestros clientes quieren discreción e Internet se adapta perfectamente porque es un escaparate abierto a todo el mundo y en el que se puede mantener el anonimato», explica. De los primeros pedidos por fax y por teléfono, ha conseguido universalizar un producto que llega a cualquier parte del mundo gracias al uso de la Red.

Novios y jóvenes

En total, más de 70.000 clientes en todo el mundo han sucumbido a los encantos de estos zapatos. Y esta cifra va en aumento y abarca cada vez un perfil más amplio. «Nuestra base de clientes crece cada año y, últimamente, llegan muchos pedidos de novios y de gente joven preocupada por su imagen y que no se sienten a gusto cuando otros les miran por encima del hombro», apunta Ferreras.

La mayor parte de sus clientes son hombres de entre 22 y 25 años, de nivel medio-alto y preocupados por su imagen. «Tenemos una relación muy fluida con nuestros compradores porque la mayoría repiten y nos piden consejo sobre el calzado más adecuado para ocasiones especiales, por ejemplo», relata este leonés. Su trato con ellos es cordial y cercano y hasta se encarga de felicitarles en persona en fechas señaladas como el cumpleaños. «Tiene mucho don de gentes, es muy dicharachero y él mismo atiende muchas veces en la tienda a todo el que entra», señalan fuentes de la empresa.

Esto le ha llevado a recoger miles de anécdotas. Como la de un cliente mexicano que pasaba unos días en Toledo y compró unos zapatos. Le corría prisa tenerlos y decidió que un taxi se los trajera ese mismo día desde Sevilla porque no quería regresar a México sin ellos.

Ahora Masaltos consigue seguir creciendo fuera de España a pesar de la crisis económica que afecta a medio mundo. «Últimamente, países como Rusia, Turquía o Alemania nos están dando muchas satisfacciones», asevera Ferreras, quien achaca este aumento de ventas a la inversión en márketing (su equipo comercial maneja con fluidez ocho idiomas para atender al público y él mismo habla cuatro). «Nuestros esfuerzos comerciales están dando sus frutos», añade.

Sobre sus planes de futuro en el ámbito empresarial, la intención de Ferreras es seguir creciendo «y prestar al cliente un servicio de cinco estrellas». Ahora mismo, si al cliente no le gusta el producto, le devuelven el dinero sin hacer preguntas.

Él mismo se declara convencido de la calidad de los zapatos que vende. «Estamos tan seguro de ello que hace unos meses entramos en Italia, probablemente el mercado más exigente del mundo en calidad, moda y acabados», apunta.

Sus clientes principales son hombres, aunque también tienen algún modelo para mujeres. Apenas seis modelos de calzado femenino frente al casi centenar masculino. ¿Cuestión de complejos?.