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Espacio

Los robots nos desplazan

tecnologías

Publicado por
Cristina L. Éboli
León

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Serán los robots los únicos protagonistas de la exploración espacial? Aunque sin respuesta en el futuro, en lo que respecta al presente esta pregunta no alberga dudas. Simplemente, para un ser vivo hubiese sido imposible vivir ocho años en Marte como lo ha hecho hasta el momento el rover Opportunity.

La fragilidad del cuerpo humano es la gran barrera a superar para que algún día el hombre pueda visitar astros más lejanos que la Luna.

Las ventajas de los robots son, a día de hoy, aplastantes. Así lo reconoce la Nasa con un argumento tan elemental como que las máquinas tienen muchas menos necesidades y pueden resistir condiciones inhóspitas. Las personas, en cambio, necesitan agua, alimento y oxígeno.

A esto se deben sumar los efectos de la microgravedad y la radiación en el organismo humano, que la exposición del mismo en periodos prolongados terminan por atrofiarlo. Y, por último hay que añadir, los años que llevaría un viaje a largas distancias. Estos factores hacen del espacio exterior un coto vedado en la actualidad para los seres vivos.

Al margen de las limitaciones existe un componente moral. En el espacio se han perdido decenas de máquinas sin que ello haya causado en la sociedad el impacto de la muerte de los astronautas del Challenger o el Columbia.

Y es que, las dificultades a las que se enfrentan los robots son menores y no importan a la sociedad como lo que pudiera vivir un astronauta.

De la mano

A pesar de todo, los especialistas se resisten a dejar la exploración espacial en exclusiva a la inteligencia artificial.

Y es precisamente la inteligencia la que hace imprescindible al ser humano, cuya capacidad de reacción, improvisación y análisis no puede igualar ningún robot que se haya diseñado hasta el momento.

Unos y otros, robots y humanos, deberán viajar de la mano a aquellos lugares que, según lo vaya permitiendo la tecnología, puedan ir llegando los seres vivos.

El astronauta de la Nasa Ken Bowersox lo deja claro: «Existen muchos ambientes donde no es seguro o rentable enviar a los seres humanos. También hay veces cuando la combinación de humanos y máquinas colaborando juntos pueden obtener los mejores resultados».

Uno de los proyectos para mejorar la simbiosis entre máquina y hombre es el denominado robonauta. Este ingenio artificial en el que trabaja la Nasa tiene como novedad su diseño humanoide, con cabeza, dos ojos, brazos, y manos de cinco dedos.

Podrá ser controlado directamente por el astronauta, que, a salvo en una ambiente no hostil, dirija sus movimientos mediante un casco y unos guantes conectados con el robot. Este avance protege a los seres humanos de aquellas situaciones a las que no pueden enfrentarse por motivos de seguridad.

Nuevos objetivos

El modelo actual conocido como R2, lejos aún de cumplir con los objetivos que se ha marcado la agencia espacial estadounidense, puede levantar con sus brazos hasta nueve kilos.

En estos momentos R2 se encuentra a modo de prueba en la Estación Espacial Internacional. En un futuro, será capaz de salir de inmediato al espacio exterior para reparar cualquier avería de la nave, entre otros muchos problemas con los que se puede encontrar un astronauta en el espacio.

Según especifica Rob Ambrose, del Centro Espacial Johnson de la Nasa, «a la larga, este robot se convertirá en la mano derecha de la tripulación de la estación espacial».

«Hay muchas posibilidades para el futuro. Por ejemplo, podríamos colocarle ruedas de manera tal que R2 podría explorar un potencial lugar de aterrizaje en un planeta o en un asteroide o podría instalar un lugar de trabajo o un hábitat allí. Algún día incluso se le podría colocar un sistema de propulsión a chorro a R2. Pero tenemos que gatear antes de poder volar», expone el especialista en el espacio Ambrose.