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Publicado por
León

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Por tener una de las industrias turísticas más potentes del mundo son muchos los inversores que han llegado a España con proyectos casi faraónicos bajo el brazo, pensando que iban a hacer el negocio de su vida. Entre ellos, los parques temáticos que, salvo excepciones, han pasado del fasto a la ruina en pocos años. Ejemplos hay muchos y a cada cual más voluminoso en dinero y metros cuadrados. Un estudio de la Universidad de Deusto señala que el negocio anual de los parques de ocio ronda los 207 millones de euros. Hablamos de 150 recintos, entre ellos cuatro parques de atracciones, 77 zoológicos, acuarios y parques de naturaleza, 56 centros acuáticos y cinco temáticos. De entre todos, y pese a perder facturación y visitantes, solo PortAventura (Tarragona) parece resistirse a la crisis —según la empresa, en el 2011 ganó 12 millones de euros..., tras ser rescatado en el 2004 por La Caixa y reestructurar su negocio en el 2009—, mientras otros como Terra Mítica (Benidorm) se mantienen entre EREs a sus empleados y pérdidas millonarias, al igual que el Parque Warner (Villanueva de la Cañada), que incluso ha perdido su estación de cercanías por falta de pasajeros, o una Isla Mágica que aún resiste ahogada por las pérdidas. Y de fiascos absolutos pueden calificarse proyectos como el Gran Scala de Los Monegros (Aragón), que iba a tener 32 casinos, 70 hoteles en pleno desierto; o el Reino de Don Quijote en Ciudad Real, que iba a ser otro macrocomplejo de juego y hotelero, y que está en concurso de acreedores desde el 2011.