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economía

La guerra de los superdepósitos

La retirada de la penalización hace posible conseguir un tipo de interés del 4% por mantener el ahorro 6 o 12 meses

Un hombre ingresa dinero en la ventanilla de una entidad bancaria.

Publicado por
m. j. alegre
León

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La retirada de la penalización impuesta a las entidades de crédito por retribuir el ahorro con tipos de interés elevados ha animado a los bancos a ofrecer los llamados superdepósitos, productos que pagan una remuneración atractiva a cambio de la permanencia del dinero.

La nueva oferta no es todavía muy abundante, pero conlleva una importante ventaja para el consumidor. Cuando un buen cliente anuncia en su sucursal —del BBVA, Santander o La Caixa, por ejemplo— que está dispuesto a marcharse con sus fondos a otro banco, es bastante probable que intenten retenerle con una contrapropuesta. Reclamar un tipo de interés que puede estar en torno al 4% por mantener los ahorros durante seis meses o un año ya no es pedir la luna.

El depósito de alta remuneración le sale caro al banco, pero necesita disponer de recursos de este tipo si quiere mantenerse en el negocio en momentos en que la liquidez escasea. Las imposiciones a plazo (cuentas y depósitos) han sido su fuente de recursos tradicional, unos fondos no condicionados en los que solo se compromete al pago de intereses y al reintegro de la cantidad principal en el momento del vencimiento.

La guerra desatada entre entidades en plena crisis del ladrillo hizo que, en julio del 2011, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero impusiera a los bancos que superaran determinado tipo de interés en sus ofertas el pago de una tasa mayor al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Las entidades se replegaron y concentraron los esfuerzos en comercializar pagarés, un producto de renta fija que no tiene la garantía del FGD y no les exigía una mayor contribución.

El Gobierno de Mariano Rajoy ha devuelto la plena libertad a los superdepósitos el 31 de agosto. Lo habían pedido las entidades con mucha insistencia, porque veían como el ciclo de los pagarés, tras protagonizar la última etapa de la ‘guerra del pasivo’ se agotaba.

En cifras

Solo el pasado julio, los bancos vendieron 18.800 millones en pagarés, un 57% más que en el mes anterior. Y los depósitos seguían siendo principales perjudicados, ya que habían perdido 113.600 millones desde el arranque del 2011 hasta mayo del actual ejercicio.

Pero, tras el escándalo de las participaciones preferentes colocadas a usuarios poco informados, los clientes desconfían de las propuestas menos tradicionales.

La cuenta remunerada y el depósito siguen siendo las fórmulas ‘estrella’ para los particulares. Además, el Fondo de Garantía de Depósitos está a punto de recuperar la exclusiva función protectora del ahorro para la que fue creado. Los rescates bancarios ya son misión del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, que se nutrirá de la asistencia financiera europea, además de los recursos captados en el mercado.

Los ofertantes de depósitos atractivos son, por ahora, las entidades que se han venido mostrando más activas en los últimos tiempos en este segmento de negocio. El portugués Banco Espirito Santo y las distintas marcas de su grupo, el Popular (y su Oficina Directa), ING Direct y las diversas filiales que operan por Internet, teléfono o ambos canales a la vez. También se acaba de sumar a la iniciativa la alicantina CAM.

El Sabadell, que la adquirió oficialmente el pasado junio, se ha propuesto retener a los viejos clientes. Quien acepte renovar su depósito por 18 meses puede conseguir en la oficina hasta un 4,5% de interés. Al Banco Espirito Santo la carrera por captar depósitos le pilla bien entrenado. Por ser extranjero, no sufrió la penalización de la etapa anterior. En su caso, los depósitos están garantizados por el equivalente al FGD luso.

Toda Europa ha unificado la protección de cuentas y depósitos hasta 100.000 euros por titular y cuenta en caso de insolvencia bancaria.