De Benedicto a los príncipes de Asturias

Hoy regenta un pequeño establecimiento de diseño florar en León —Flor Creativa—, pero a lo largo de sus catorce años de profesión, Natalia Crespo ha recibido la llamada de jeques árabes, magnates, cantantes, empresarios o incluso de los propios príncipes de Asturias. «Me pidieron realizar unos adornos florales para la boda de Felipe y Letizia, pero me fue imposible realizar ese trabajo por otros motivos», comenta la leonesa.

Pero clientes de la alta sociedad no le faltan y, por supuesto, tampoco anécdotas y excentricidades que contar. Fue una de las 40 floristas de toda España que participó en el quinto encuentro de Manos Unidas en Valencia, que recibió la visita del papa Benedicto XVI. «En Marbella adorné salones para grandes celebraciones de princesas o decoré sus habitaciones con flores que pedían renovar a diario», explica la diseñadora. Ha visto situaciones de derroche, como en el caso de algún jeque árabe para quien se preparaba «un centro de flores inmenso que incluso había que transportar en varios camiones en módulos para que, cuando se le entregaba al llegar al aeropuerto, lo mirara, dara las gracias y se fuera», recuerda con asombro.

Desde 3.000 jazmines para decorar un palacio a más de 40.000 euros en flores para una Sinagoga. La lista de extravagancias y derroche es interminable. Con discreción habla del morado como el color preferido por las princesas, así como del gusto por lo barroco. «Tienen bastante cultura floral y la alta sociedad es muy selecta a la hora de decorar». «Ahora sólo queda seguir trabajando y creando con mucha pasión». Y no cabe duda de que su original y buen trabajo le seguirá trayendo recompensas.