Diario de León
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celia travieso
León

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Los adornos o complementos han formado parte de la vestimenta del ser humano desde que habita sobre la tierra, de hecho, las excavaciones en asentamientos prehistóricos son más prolíficos en adornos que en herramientas. El complemento que se colocaba en la cabeza era, al menos al principio, un elemento igualitario entre los diversos grupos humanos pero, con el tiempo, las diferencias se localizarían a través de las formas, materiales, usos y, sobre todo, significados. Para Pablo Pena, profesor de Historia del traje en la Escuela Superior de Diseño de Madrid « hasta que llegaron los Fortuna, Lanvin y Chanel, la moda era casi todo mercería y enriquecer los sombreros». El origen del sombrero va unido a su uso como instrumento de protección contra las enfermedades y la mala suerte o como complemento para resguardarse de las inclemencias del tiempo y, aunque en sus comienzos su uso era igualitario, sin distinciones de clase, poco a poco se convirtió en un complemento más elitista, reservado a las personas de mayor rango social. Con el tiempo y gracias a creadoras como Chanel ( que una vez más sienta precedente) el uso del sombrero se democratiza. Una de las primeras incursiones de Coco en la moda fue como sombrerera. En su boutique del Boulevard de Malesherbes la diseñadora confecciona y presenta sus colecciones de tocados y populariza uno en concreto, el canotier (sombrero de paja con copa plana y ala recta que utilizan mujeres y hombres. En este momento París empieza a consagrarse como centro mundial en el dictado de tendencias en la indumentaria y ella, con su peculiar estilo, da el primer paso para crear su propia leyenda al ofrecer a las mujeres, sin distinción de clases, un complemento que aúna elegancia y practicidad. Aunque, la búsqueda de lo práctico no es necesariamente lo que perseguían todas las cabezas ya que, poco después, Elsa Schiaparelli daba una visión mucho más surrealista de la moda al separar los objetos cotidianos de su entorno habitual y mostrarlos en un contexto totalmente nuevo, como, por ejemplo, su tocado zapato.

Actualmente, esa tendencia excéntrico-artística sigue vigente en los diseños de creadores como Stephen Jones o Philip Treacy o, en la pasarela que todos los años se da cita en las carreras de caballos de Ascot. Por suerte para nosotros en pleno centro de León se encuentra el taller de Adelaida Laine (www.adelaidalaine.com) por lo que no es necesario viajar a Inglaterra para vestir nuestra cabeza con una pieza única.

Si el sombrero no es lo tuyo o no te atreves a lucirlo hay otras muchas alternativas que, sin poder evitarlo, nos trasladan a imágenes de mujeres icónicas.

Quién no recuerda a Jackie Kennedy y sus pequeños pill box siempre a juego con el resto de su atuendo, o, a la elegantísima Faye Dunaway en Bonnie & Clyde con su boina ladeada…Un consejo de estilo: las boinas, que además de favorecedoras son muy calentitas, quedan perfectas con unos guantes largos y un pañuelo de seda al cuello. El trench o gabardina completarían un look años 50 que sigue siendo tendencia.

Gorros de lana, turbantes y lo último: las diademas, con pedrería, pequeños apliques de plumas o incluso de flores(en verano apuesta por las naturales en tamaño maxi) completan la propuesta para vestir nuestra cabeza con mucha personalidad.

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