Ken levine
de guionista a desarrollador
tecnologías
Ken Levine, neoyorkino de 47 años, había estudiado para ser guionista de cine, pero acabó haciendo lo que nunca había imaginado: videojuegos. Tras participar como escritor en juegos de culto como System Shock fundó Irrational Games, estudio con el que desarrolló su obra cumbre: Bioshock , un juego tan diferente del que incluso se han escrito ensayos o tesis doctorales. Levine está considerado como una de las cien personas más influyentes del mundo por la revista Time .
Levine aborda sobre su trayectoria durante la gira de prensa de presentación de su obra, Bioshock: Infinite , en la que lleva trabajando más de cinco años y que verá la luz a finales de febrero del 2013 —¿Cómo se siente por ser considerado una de las personas más influyentes del mundo, y no solo de los videojuegos?
—Pues la verdad es que me da un poco igual (risas). Está claro que mi trabajo es una extensión del trabajo de otros: nos levantamos sobre hombros de gigantes. Estoy en deuda con todos los que me han influenciado: los hermanos Coen, Hamett, Stan Lee, Steve McKane... Quizá pueda pagar en parte la deuda con todos ellos influyendo a otra gente del mismo modo. —Usted dice que nunca imaginó que se dedicaría a crear videojuegos... —¡Ni siquiera pensaba de que estuvieran hechos por alguien! Nunca me planteé que realmente había personas que se dedicaban a hacer videojuegos. —¿Qué le diría ahora a ese niño que una vez fue y que no pensaba en hacer videjuegos? —Me ha ido muy bien en la vida, así que no me diría nada, no sea que lo fastidiase todo (risas). Además, cuando empecé ya era más o menos mayor: tenía 29 años, una edad más alta de lo normal para comenzar en esto. Creo que eso también fue bueno para mí: como he trabajado en otras cosas, siento una especie de agradecimiento extra por poder dedicarme a crear videojuegos. He tenido trabajos muy cutres, por lo que cada mañana me siento afortunado por poder hacer juegos. Es una vida estupenda. —Empezó sin ninguna experiencia... ¿Por qué se decidió por hacer videojuegos y no novelas o películas? —Porque fracasé como guionista: solo conseguí vender un guion una vez. Quizá si hubiera tenido éxito no habría hecho nunca videojuegos, no lo sé... Creo que me contrataron (para hacer juegos) porque tenía un punto de vista más clásico para entender las historias, sus estructuras. —¿De qué diría que trata ‘Bioshock: Infinite’, su nuevo juego? —Prefiero que el jugador me diga qué significa para él. Hay trabajos universitarios y ensayos sobre ‘Bioshock’: me encanta leerlos porque a menudo encuentro teorías que no tienen nada que ver con lo que yo tenía en mente. Pero eso no quiere decir que sean inválidas: no importa nada lo que yo piense, sino lo que la persona experimenta al jugar. Por supuesto tenemos una intención, unos temas, pero lo importante es lo que el jugador hace con ellos.